31 de diciembre de 2010

UNA CONSULTA CON EL PSIQUIATRA

Uno de mis grandes amigos, así lo considero yo, es un médico psiquiatra que trabajó conmigo por varios años, un profesional que tiene un excelente nivel de capacitación médica, una sólida formación ética y sabe ser un buen compañero de trabajo; pero como dicen los expertos cuando alguien estudia psicología o psiquiatría es porque quiere ajustar de su cuerpo algún tornillo que le molesta porque está un poco flojo, por eso cuando un psiquiatra se toma la palabra hay que poner los cinco sentidos para entender adecuadamente lo nos quiere decir.

El trabajo hospitalario que realizamos todos los médicos es siempre denso y de mucha responsabilidad, está lleno de anécdotas de diferente tipo algunas tristes y otras jocosas y se tiene que lidiar con una variedad infinita de personalidades que acuden a los consultorios en busca de apoyo para solución a sus problemas de salud. En el campo de la psiquiatría los enfermos presentan alteraciones de conducta y de comportamiento en su casa, en su trabajo o en la sociedad y esta gran variedad de patologías mentales debemos claramente diferenciarlas de aquellas alteraciones del comportamiento que sobrepasan ligeramente el límite de la disfunción de la personalidad, y esto hace que el médico psiquiatra tenga mucho cuidado con su trabajo ya que debe ser minucioso y fino en sus diagnósticos teniendo cuidado en lo que dice ya que no es muy agradable que le digan a un paciente que puede ser portador de una enfermedad mental, en otras palabras que “esta loco”.

En cierta ocasión acudió al consultorio de Dermatología donde atiende una especialista mujer, un adulto joven que estaba muy preocupado por unas lesiones que le habían aparecido a lo largo de su pene; la doctora le hace el interrogatorio sobre el tiempo que tienen esas lesiones, la evolución de las mismas y que había hecho él para controlar esas heridas y el paciente fue respondiendo detalladamente a cada una de las preguntas y como ya había pasado tiempo desde el primer día en que le aparecieron las lesiones el curso de la enfermedad era progresivo ya que habían transcurrido varias semanas y las lesiones habían aumentado y eran sumadamente dolorosas y secretantes que le molestaban mucho por lo que decidió ir al hospital.

Como toda buen profesional, para hacer un buen diagnóstico, era necesario el examen físico por lo que le pidió al paciente que se quite el pantalón y la ropa interior y mirando las lesiones desde cierta distancia consideró que lo que tenía el paciente era una infección bacteriana del miembro viril; sin embargo este tipo de patologías no son frecuente y a la profesional de la salud le preocupaba el origen de esa infección, así que continuó con el interrogatorio mientras el paciente se colocaba su truza y su pantalón nuevamente.

¿Que ha hecho usted los días anteriores a la aparición de las lesiones? Le preguntó, y el paciente que se le notaba avergonzado se acercó lentamente a la doctora y en voz muy baja que apenas se lo podía escuchar, le susurro muy cerca del oído:

He tenido sexo con una gallina.

La doctora muy indignada por lo que había escuchado, muy molesta, agarró su recetario y escribió el nombre de unos antibióticos y anti-inflamatorios, le explicó lo que debía hacer con las medicinas y le dijo con tono muy enérgico:

Vaya usted inmediatamente al médico psiquiatra, y agarrando la historia abrió su puerta y llamó al técnico de enfermería diciéndole que lleve de inmediato al paciente al consultorio de psiquiatría. El técnico cogió la historia e invitó al paciente a seguirlo y fueron caminando raudamente hasta el consultorio de referencia, entregó la historia y le dijo al paciente que tome siento y espere a que el médico lo llame. Al poco rato el médico lo llamó e ingresó a la consulta con el especialista quien como en todos los casos inició la consulta con el interrogatorio y le paciente relató con lujo de detalles las aventuras sexuales que había tenido con una gallina de su corral durante varios meses previos a la infección, el médico hizo su evaluación psiquiátrica y concluyó su diagnóstico recomendándole posteriormente el tratamiento correspondiente.

El rumor sobre tan particular consulta se dispersó por todos los médicos del hospital quienes conversaban en todos lados sobre la personalidad de tan singular sujeto y según la opinión que daba cada una de ellos surgían las sugerencias y apreciaciones del caso, y fue tanto la preocupación de la personalidad del mencionado individuo que un grupo de colegas fueron hasta el consultorio del psiquiatra para pedirle su opinión.

El los escuchó atentamente a cada uno y cada colega emitía una opinión que casi siempre terminaba en risas por las bromas que se tejían sobre la personalidad del sujeto que sin ningún reparo había usado sexualmente a una gallina por varios meses; el psiquiatra se mantenía absorto y callado, hasta que uno de los médicos mas interesados y preocupados por el caso le insistió en que emita una opinión sobre la personalidad y la aberrante conducta del mencionado paciente. Entonces de manera improvisada y muy preocupado el médico psiquiatra dijo:

No me preocupa el paciente; me preocupa la “POBRE GALLINITA”.

28 de diciembre de 2010

UNA SECUENCIA DE ERRORES

La iglesia católica considera que deben ser tres las condiciones para que una falta en la conducta de un ser humano sea considerado como pecado, la primera es la gravedad de la falta, la segunda es la voluntad de la misma y finalmente que exista conciencia de la acción, los errores de la conducta humana también tienen estas características de gravedad, conciencia y voluntad o la combinación de estos tres elementos que a la persona que cometió la falta lo hacen mas o menos responsable. En la vida de todo ser humano el error es parte del cotidiano accionar diario, pero cuando uno ya ejercita una profesión las faltas o errores son de distintos escalas y matices, un error en un carpintero será poco probable de sanción que la de un chofer que maneje ebrio, pero en el ejercicio de la carrera médica los errores no deben existir porque se trabaja con la vida de las personas, sin embargo como seres humanos en el ejercicio de las profesiones médicas también se cometen errores.

La historia que describiré se desarrolló en un hospital general de la capital conocido por todos por ser un hospital para mujeres, sin embargo hay algunos servicios donde también se atienden a hombres, en este hospital existen mas de ochocientas camas donde el mayor número de ellas pertenecen al Departamento de Medicina Interna donde la atención si es exclusiva solo para mujeres, este Departamento tiene cuatro pabellones de sesenta camas cada uno dividido en dos servicios, primera y segunda, y en estos ambientes se atienden a las pacientes a la vez que se hace docencia preparando a los futuros médicos de varias universidades y en donde se da un alto nivel de competencia entre los estudiantes así como entre los diferentes trabajadores de estos servicios.

El paciente que acuden al hospital a consultorios externos o especialmente el que acude al servicio de emergencia y que presenta alguna molestia que amerite una investigación especial para su diagnóstico, es “peleado” por los alumnos e internos de medicina para que se hospitalice en su servicio, de esta manera tienen una mayor casuística de diagnósticos difíciles que eleven los conocimientos del personal médico y de sus estudiantes, quienes quieren tener hospitalizado en su servicio a todo paciente con una presunción diagnóstica rara o interesante; esto hace que la personalidad del estudiante de medicina sea muy especial, pero el común denominador es que sean obsesivos e insistentes en la atención de sus pacientes para darles a cada uno de ellos una solución rápida a sus problemas de salud, porque la medicina es una carrera donde las decisiones y el tiempo juegan un papel muy importante ya que una indicación adecuada y oportuna puede salvar una vida.

Hace algunos años yo me encontraba destacado en este hospital realizando una capacitación de post grado, cursaba el tercer año de Residencia de Medicina Interna y estaba trabajando en el Servicio de Emergencia realizando una guardia nocturna, como médico mi responsabilidad era monitorear a los pacientes de la Unidad de Cuidados Intermedios, autorizar la hospitalización de los pacientes y supervisar el trabajo de los residentes de primer año y a los internos de medicina.

Emergencia era un servicio amplio y espacioso, en la parte delantera estaban admisión y caja, se ingresaba al ambiente por una puerta controlada por un vigilante y en los primeros espacios estaban dos consultorios para los internos que atendían a los pacientes que buscaban la solución urgente de una dolencia y el consultorio de traumatología, en el centro estaban los pacientes críticos y hacia el fondo los consultorios de gíneco-obstetricia, cirugía así como el ambiente de la unidad de cuidados intermedios.

En un momento en que yo estaba regresando de hacer mi visita médica a los pacientes de cuidados intermedios ubicado al fondo del ambiente, se me acercó un interno de medicina y me pidió autorización para hospitalizar en su servicio a una paciente que según él “era un caso interesante” que necesitaba ser hospitalizada para su diagnóstico y tratamiento; como era la norma le pregunté si el residente de primer año ya lo había evaluado y me afirmó que si y que estaba de acuerdo con él ya que trabajaba en su mismo servicio, luego le pregunté: ¿Quien era la paciente? y me señaló en la distancia a una persona de talla pequeña, tes trigueña, cabello largo algo trenzado y llevaba puesta una falda y una blusa que parecían estar en mal estado de conservación; firmé la autorización y la paciente pasó con su historia de emergencia al piso de hospitalización con la presunción diagnóstica de un posible proceso infeccioso de etiología a determinar.

Al día siguiente el médico interno que solicitó la hospitalización le hizo la correspondiente historia clínica, interrogando a la paciente minuciosamente sus datos de filiación, sus antecedentes personales y familiares así como sus datos fisiológicos como toda mujer, la fecha de su primera menstruación, la fecha de su última regla, tiempo que dura sus ciclos menstruales, etc, y la paciente respondió sin inmutarse y con lujo de detalles a cada una de la preguntas que le hizo el médico interno; luego pasó al examen físico registrando en la historia todos los signos semiológicos obtenidos del minucioso examen que le realizó, finalizando su evaluación anotando las presunciones diagnósticas y registrando la solicitud de los exámenes auxiliares a los que debía someterse la paciente para aclarar la causa de su enfermedad.

El interno presentó el caso a su residente de primer año, este a su residente de tercer año y a su médico asistente y finalmente en la ronda general del día siguiente presentó el caso a todos los médicos del servicio quienes con la información proporcionada por el interno discutieron y opinaron sobre los diagnósticos que podrían “encajar” en la patología de la que era portadora la paciente en estudio; como se hacía con todos los pacientes hospitalizados.

Como la hospitalización duró algún tiempo la paciente entabló amistad con las otras enfermas y conversaba amenamente con todas sus compañeras de infortunio, sobre el hogar, la cocina, el marido o los novios que tenían cada una de ellas así como los secretos de belleza que siempre es bueno tomar nota; se ayudaban entre ellas a depilarse las cejas así como acomodarse las uñas o los secretos de cómo usar el lápiz labial. Así pasaron dos, tres y cuatro días y los resultados de los exámenes de laboratorio no ayudaban a saber que es lo que tenía la paciente y cada vez le solicitaban mas pruebas; hasta que al quinto día de hospitalización durante una ronda médica donde opinan y evalúan los casos todos los médicos del servicio, conjuntamente con los residentes, internos y estudiantes de medicina, un médico asistente del equipo de trabajo opinó que el caso debería ser reevaluado, que se debería hacer una nueva historia así como reexaminar nuevamente a la paciente; con la opinión favorable de todos se decide proceder con lo solicitado, pero al intentar realizar el nuevo examen la paciente se mostró muy desconfiada y se agarraba fuertemente de la frazada y el cubrecama que se extendía en la cama de hospitalización, a mucha insistencia y con un poco de fuerza el médico logró imponer su autoridad y destapó a la paciente para examinarla quien al verse sin cobija solo atinó a cubrirse la cara y cuando el médico levantó la bata que llevaba puesta para realizar el examen físico que en ese momento había iniciado, se escucho de parte de todos los presentes en la visita médica un fuerte ruido de impresión y sorpresa ¡HOOOOOOOO! Y unas palabras de rabia e indignación de parte del médico que quería hacer el examen, quien gritando dijo:

¡QUE BARABARIDAD, NO ES UNA MUJER; ES UN VARON!

16 de diciembre de 2010

CUANDO EL MIEDO HACE PERDER LA RAZÓN - 2DA. VERSIÓN

Era las siete y treinta de la noche y en la soledad de la residencia estaba la dueña de casa completamente sola, su esposo solía llegar como siempre casi a media noche porque después del trabajo iba a estudiar su enésima maestría de su carrera profesional pues le gustaba superarse constantemente, su madre que vive con ella, una persona muy querida por todos por su especial desprendimiento, había salido hacer unas gestiones y sus tres hijos, dos mujeres y un varón estaban finalizando sus actividades en sus respectivos centros de trabajo y ella los estaba esperando pues era la hora en que ya se debía cenar.

La casa suficientemente cómoda como para que cada uno de los integrantes de la familia tenga su habitación, se sentía algo grande cuando se quedaba una sola persona como sucedió eses día. Las hijas mujeres aún acompañaban con amor a su madre pues estaban solteras y podían hacerlo y el hijo varón que también ya era un adulto, tenía, como todos los de su genero, su propia vida independiente que no solía ser del total agrado de su madre quien mostraba con él cierto recelo y casi siempre alguna leve incomodidad por su comportamiento.

Sentada en su sillón haciendo unas manualidades sentía un poco de calor por ser verano y cierto temor por la soledad y el silencio en que ella se encontraba dentro de la mansión donde la acompañaban solamente sus dos mascotas, una hermosa gata y un perro. De manera repentina los animales empezaron a correr por toda la casa sin una justificada razón y se acentuó profundamente el silencio del ambiente y ella sintió pánico, la superficie de su cuerpo se tornó como “piel de gallina” y sus vellos corporales se erizaron cuando de repente de manera brusca escucho unos ruidos extraños que salían del cuarto de su hijo, gruesos sonidos que se hacían cada vez mas intensos y mas extraños, lo primero que se le vino a la mente en la velocidad del pensamiento fue: SON LADRONES los que habían ingresado a su casa, pero estos indeseables nunca hacen ruidos que llamen la atención, tan intensos y fuertes, entonces pensó: ¿Que serán esos ruidos que salen del cuarto de este sinvergüenza? ¿No será que este hijo mío tiene costumbres diabólicas y son “ESPIRITUS” que salen en la noche ya que no hay nadie en casa, mas que yo? Un nuevo escalofrío recorrió todo su cuerpo desde su cabeza hasta sus pies, y con este pensamiento rápidamente se levantó del sillón y con reflejos de felino agarró una Biblia y un rosario y caminando hacia el cuarto de su hijo iba mostrando la cruz con una de sus manos y con los labios de su boca iba murmurando una oración, así se fue acercando poco a poco a la puerta del cuarto de donde provenían los extraños sonidos que cada vez se hacían más fuertes, abriendo bruscamente la puerta del cuarto miró al interior y para su sorpresa no observó ni encontró nada extraño, pero como era verano las ventanas del cuarto estaban todas totalmente abiertas, y por una de las ventanas que daba a la calle miró al exterior de la urbanización y vio con pavor unas extrañas luces como “relámpagos de tormenta” que se dibujaban en la atmósfera de la ciudad en la oscuridad de la noche, los ruidos continuaban y se acentuaban mucho más, pero esta vez se escuchaban en toda la casa incluyendo la parte exterior de la vivienda; el pánico que sentía era cada vez mas intenso y cuando observó las extrañas luces que se extendían a lo largo de todo el cielo limeño pensó: ¡No son espíritus, “SON EXTRATERRESTRES” que nos están invadiendo! ¡Dios mío ayúdame!, murmuró, y salió rápidamente de su casa para pedir ayuda a los vecinos y juntos enfrentar tremenda situación. Los extraños ruidos continuaban y mantenían su fuerte intensidad y ella se sentía cada vez mas afectada por el miedo que le causaba un gran descontrol que se iban acentuando mas y mas, pero esta vez, a las sensaciones que hasta ese momento había experimentado se agregó una inexplicable percepción de mareo al caminar y que en varias oportunidades casi la hacen caer al suelo; ya en la calle observó desconcertada a mucha gente desplazándose raudamente de un lado hacia otro y como no había nadie en su casa quiso compartir con los demás su personal tragedia de dolor y miedo, se acercó con ansias a una vecina, cuyo rostro también mostraba el pánico que ella sentía, y le preguntó ¿Ahora que hacemos? Pensando silenciosamente en la invasión de los extraterrestres, y la vecina le contestó:

DEBEMOS ACTUAR COMO DEFENSA CIVIL NOS HA ENSEÑADO CUANDO HAY UN TERREMOTO.

15 de diciembre de 2010

EN RECUERDO A MIS PRIMOS QUERIDOS

Rindiendo un homenaje a mis queridos primos que ya se adelantaron en el viaje de ida sin regreso que todos haremos algún día, quiero relatar esta historia que nos hará recordar con nostalgia aquellos momentos agradables que pasamos juntos hace ya algunos años.

La prima era una persona trabajadora que vivía obviamente junto con el primo, en una casa de su propiedad muy bien arreglada y dedicando todo su tiempo al bienestar de su esposo y de sus dos hijas, sin embargo las enfermedades que nos suelen molestar periódicamente se habían acentuado en ella por lo que acudía a su terapia periódicamente para recibir su tratamiento medico, pero junto con ello le gustaba hacer uso de los recursos curativos naturales y con mucha frecuencia utilizaba la “uña de gato”, la “sangre de grado”, el “boldo” etc. etc. que los guardaba celosamente en frascos de distintos colores cuyo contenido solo lo conocía ella, estos productos los solía guardar de manera muy ordenada en uno de los anaqueles de uno de los reposteros de la cocina especialmente destinado a estos productos, de donde diariamente por las mañanas los cogía y se preparaba sus infusiones para tomarlos, mejorar su salud y sentirse bien para pasar un buen día.

El primo era una persona muy especial, servía desinteresadamente a toda la familia, estaba siempre muy pendiente de sus hijas y de su esposa a quienes nunca les faltó nada, trabajaba en un banco de la Capital y como todo buen ejecutivo mantenía una vida social muy activa ya que asistía periódicamente a las reuniones que convocaba su empresa o los compañeros de trabajo a las celebraciones que por distintos motivos había que cumplir, sin embargo estas reuniones casi siempre terminaban en la madrugada y con los efectos de los tragos ingeridos durante la noche, y como es de suponer alguna de estas reuniones los solía hacer en su bella casa.

En una oportunidad estaba finalizado una reunión que se desarrollaba en su casa, los efectos de la celebración ya hacía sus estragos por el largo tiempo que había transcurrido desde la cena, la que se había servido a la hora conveniente; era de madrugada y casi todos los invitados ya se habían retirado y sólo quedaban cuatro de los mas cercanos al primo, los que siempre son los llamados mas entusiastas porque quieren seguir tomando y tomando a pesar de la hora. El efecto del alcohol ya había hecho serios efectos en los cuatro y como el tiempo seguía de manera continua, empezaron a sentir la ausencia de la buena comida que habían servido ese día y los cuatro tenían mucha hambre; el primo, dueño de casa los invitó a la cocina a ver que había para servirse y encontraron un poco de arroz, algo de saltadito de carne y unos cuantos huevos, con esto a ver que hacemos, dijo uno de ellos, otro contestó: “con esos ingredientes podemos preparar arroz chaufa”; el primo dueño de casa aceptó entusiasmado la idea; procedieron a realizar la mezcla del arroz con el saltadito y los huevos de tal manera que así completaban las cuatro porciones que necesitaban para todos; el mas empeñoso en la preparación pidió al dueño de casa un poco de “sillao” y el primo buscó en todos los reposteros de la cocina el “Sillao” y le alcanzó al que estaba preparando el arroz chaufa, quien le puso una porción suficiente para darle el sabor mas adecuado, pero cuando lo probó pensó que aún no era suficiente y le fue agregando mas y mas según lo iba probando hasta que se el frasco de “sillao” quedó vacío, sirvieron en cuatro platos y muy contentos terminaron hasta el último arroz de su obra culinaria que les había saciado el hambre; después la noche fue terminando, se acabaron los tragos y cada una se retiró a su domicilio y el primo se fue a dormir.

Al aclarar el día, la prima se levantó como todos los días a prepararse la infusión de medicina natural que le tocaba ese día, y por mas que buscaba el remedio correspondiente no lo encontraba, buscó por todos lados hasta que encontró el recipiente vacío recién eliminado en el tacho de basura, muy indignada por lo sucedido y rabiando de cólera, grito a todos:

¿QUIEN HA UTILIZADO TODO MI “SANGRE DE GRADO”?

14 de diciembre de 2010

COMO QUISIERA QUE REGRESE MI NIÑEZ, PERO SIN PULGAS

Dicen los expertos que la mejor etapa del desarrollo del hombre es la niñez, en esa etapa todos somos inocentes, confiados, espontáneos, sensibles y sobre todo muy nobles; siempre y cuando el ejemplo de los padres sea la principal guía de conducta marcando constantemente al niño los límites entre lo permisible y lo prohibido. Alguna vez todos hemos sido niños y recordamos con nostalgia nuestras aventuras con nuestros hermanos, amigos del barrio o de la escuela y sobre todo sentir la agradable sensación de confiar y de sentir la protección de nuestros padres.

Así recuerdo que mis primeros años de enseñanza primaria lo hice en una escuelita fiscal cerca de la casa donde vivíamos, nosotros éramos cinco hermanos en esa época y yo soy el segundo, y los tres mayores ya asistíamos a ese centro de estudios que sólo ofrecía enseñanza hasta segundo año de primaria, lo que en la actualidad es tercer grado; y como en ese tiempo no había nidos ni jardines el año que se le llamaba transición, previo al primer año de primaria, lo dividían en transición A y B según la edad del escolar y que corresponde en la actualidad a la etapa del nido y luego del jardín.

Cuando mi hermana mayor que ya había cumplido los cinco años tenía que ir a la escuela por primera vez, yo me iba a quedar en casa, tenía cuatro años y en agosto cumpliría los cinco, con mi consentimiento mis padres nos matricularon a ambos para que iniciáramos la escuela juntos y así fue que desde ese año hasta finalizar la secundaria mantuvimos año a año constancia en los estudios.

Transcurrieron con alegría y con éxito transición A y B, luego vino el primer año y el segundo y en este último era nuestra profesora la misma Directora del plantel que se caracterizaba por que tenía un carácter muy fuerte, era exigente y algo colérica, creo que enseñaba la directora porque escaseaban los buenos profesores; ese año ya nos acompañaba en la escuela nuestro hermano el tercero de la lista y los tres íbamos y regresábamos diariamente sin contratiempos.

Cajamarca era una ciudad pequeña, sin buenos servicios básicos y era costumbre que cada cierto tiempo algún compañero de clase se enferme de tifoidea que popularmente la llamaban “Fiebre intestinal” así como se llene de “cushpines” que no eran mas que parásitos intestinales, siendo el mas conocidos la lombriz intestinal y los oxiuros. Abundaban también los parásitos externos sobre todo las pulgas que nos obligaba diariamente a pedir urgente ayuda a la mamá para que las busque dentro de nuestra ropa cuando por el escozor que producía alguna “picadura” nos teníamos que “rascar” y aparecían en el cuerpo las molestas “ronchas”, buscar una pulga era todo un ritual que demoraba algunos minutos, mi madre nos revisaba de manera ordenada segmento por segmento de nuestro cuerpo de la cabeza a los pies hasta dar con el intruso parásito y que se había fijado en nosotros como una “sana costumbre”.

Cierto día en la escuela, a mi hermana y yo, nos tocó evaluación de curso y nos estaban tomando examen de uno de las materias mas importantes del segundo año y estábamos muy concentrados en desarrollar la prueba pues la señora Directora paseaba por el aula muy atenta al movimiento de los alumnos; todos los alumnos manteníamos casi un silencio “sepulcral” para desarrollar la prueba; cuando repentinamente por una de las ventanas del aula apareció nuestro menor hermano llorando a “moco tendido” como se popularmente, y con voz fuerte y rascándose insistentemente la “barriga” llamó a mi hermana y le dijo:

“LUCHA, LA RONCHA”

Y todo el salón se “mato de risa”

CUANDO LOS MENSAJES DE DIOS SON MENSAJES DEL DIABLO

Todo médico es preparado para servir a su prójimo sin importarle la condición social de donde este provenga, esta virtud está cambiando con el tiempo, ahora se prioriza la formación médica con espíritu de negocio, evidencia que deja ver el hecho que en un tiempo atrás se cambió la denominación de paciente por el de “cliente”; sin embargo este tema es de un análisis mas profundo que no nos toca verlo ahora., vayamos a la historia que motiva este relato.
En el transcurrir de su vida laboral, un médico experimenta hechos de todo tipo que quienes no tienen la preocupación de registrarlo, estos hechos se pierden en la historia personal de cada uno, pero quienes lo registran no solo sirve para enseñar la experiencia personal que ayuda en la formación de los estudiantes y profesionales de la salud, ya que son hechos de los cuales se basa la “Medicina basada en evidencias”; sino que sirven también para enriquecer la imaginación de quienes escriben las historias sobre las que están escritas los argumentos de ensayos y novelas y que muchos de estos hacen eco el adagio popular que dice que: “La realidad a veces supera la ficción”.
Muchos de estos hechos son tétricos, impresionantes, anecdóticos, jocosos y tristes y algunos de una profunda tristeza y que nos hace pensar y reflexionar lo desigual, variada e impresionante que es la naturaleza humana. Pasaré a relatar esta historia:
Faltaba pocos minutos para finalizar mi guardia diurna en el Hospital, era las siete y veinte de la noche, y como no había en ese momento pacientes con algún cuadro clínico de emergencia que atender caminaba por el pasadizo del servicio; de repente veo entrar por la puerta a un técnico de enfermería conocido por su trabajo en un puesto de salud de periferie en un distrito a unos treinta y cinco kilómetros de la ciudad, acompañado de una persona se sexo masculino de unos 38 años que se cogía del hombro del técnico, ingresaban a paso lento pero al paciente se le notaba una tranquilidad que me llamaba la atención mas no así al técnico que demostraba a lo lejos su preocupación; como desde la puerta de emergencia hasta el tópico de atención existe aproximadamente unos veinte metros, la lentitud con que se desplazaban permitía observar dos detalles, el mas saltante era la bolsa que el técnico de enfermería tenía en la mano opuesta a la que sujetaba al paciente y el otro era el hecho de que el paciente estaba envuelto todo su abdomen con una sábana amarillenta algo ajustada a la altura de su cintura.
Como tenía que examinar al paciente le pedí al técnico que lo acostara en la camilla y que descubriera su cuerpo mientras me describía la historia clínica que motivó su ingreso al nosocomio. Su relato fue: “El paciente provenía de las alturas del distrito de procedencia y de un tiempo a esta parte se había convertido en un asiduo lector de la Biblia, que por motivos que se desconocen estuvo tomando licor diariamente por diez días seguidos y que repentinamente presentó cambios en su conducta y en sus expresiones, pronunciando frases incoherentes relacionados a las lecturas bíblicas que realizaba y de repente, de un momento a otro, decidió encerrarse en su cuarto y exclamando que había recibido “mensajes divinos” y que uno de ellos era una orden directa de “Dios” que debía cumplir de inmediato, rompió una botella de vidrio y de un certero tajo se abrió el abdomen en una longitud de treinta y cinco centímetros, desde la “Boca del estómago” hasta cerca del “Pubis” extrayéndose posteriormente con sus propias manos los intestinos, quedando después del trauma acostado en su cama; los familiares avisaron al puesto de salud donde el técnico de enfermería junto con sus otros compañeros de trabajo acudieron a auxiliarlo, encontrando su cuarto cerrado por dentro y por la ventana se lo veía a él acostado en su cama, como estaba encerrado y no se podía entra por la puerta, la rompieron, ingresaron y quedaron pasmados al ver el cuadro trágico digno de una película de horror; el paciente estaba acostado en su cama, sangrando por la abertura de su abdomen y observaron restos de intestinos regados en el piso a un lado de su cama; de inmediato lo llevamos al Puesto de Salud donde el personal decidió trasladarlo al Hospital Regional mas cercano.”
El relato del técnico fue poco a poco afectando mi sensibilidad personal como médico, pero este se incrementó significativamente cuando el técnico mostró lo que contenía la bolsa que el técnico trajo al ingresar al tópico de atención de emergencia, eran nada menos que los intestinos del paciente, una masa amorfa y mal oliente ya que dichas vísceras estaban secas y necróticos y refirió que los había traído con la ingenua intención de que exista la posibilidad de que al operarlo el cirujano se los pueda volver a colocar en su lugar.
Al examinar al paciente me encontré con una herida abdominal grande cubierta con una gasa, al extraer la gasa se observó una herida de treinta y cinco centímetros abierta con coágulos dispersos, grasa abdominal y sangrado escaso; sus funciones vitales eran estables, a pesar haber ingresado caminando mantenía una presión arterial que hacía funcionar el resto de su organismo, mantenía setenta y ocho pulsaciones por minuto y no tenía fiebre y por supuesto que de inmediato se le transfundió grandes volúmenes de soluciones fisiológicas.
La pregunta clave para saber que podía hacer por el paciente era ¿Cuanto tiempo había pasado desde que el paciente se evisceró hasta su ingreso al hospital?, y el técnico me respondió que eran aproximadamente un poco mas de seis horas.
De inmediato avisé al cirujano de guardia quien después de evaluarlo indicó su inmediato traslado a sala de operaciones, y después del acto quirúrgico donde encontró vasos mesentéricos sangrantes, ausencia del noventa y ocho por ciento de intestino delgado, cinco centímetros de yeyuno y cinco centímetros de ileon, realizó el procedimiento correspondiente controlando la hemostasia, ligando los muñones intestinales y cerrando cavidad; el paciente salió de sala de operaciones con buena presión arterial y pasó a hospitalización al servicio de Cirugía.
Durante la noche el paciente se mantuvo muy inquieto, estaba tan agitado que el personal de enfermería de turno no lo podían controlar; el mismo se retiró el apósito que cubría su herida operatoria, después se retiro el venoclisis, el médico de guardia le indicó fuertes sedantes hasta que se quedo dormido; a la mañana siguiente por la tarde, con los estragos de la auto-agresión, la cirugía reciente y su evidente alteración mental sucedió algo increíble: Su madre y su esposa firman la historia clínica exonerando de responsabilidad al Hospital y solicitando su alta voluntaria, llevándolo al paciente a su pueblo; donde, por posterior información del técnico de enfermería, falleció a los tres días después de haber abandonado el Hospital.
¿Que había pasado con este paciente? ¿Que fue lo que lo llevó a tomar semejante decisión? ¿Cómo pudo soportar hemodinámicamente tanta agresión? Me hacía constantemente estas tres preguntas y mi interés por conocer las respuestas me llevó a conversar con el médico psiquiatra del hospital quien opinó que el paciente presentaba un trastorno psicótico tipo esquizofrenia, quedando otras posibilidades como un trastorno orgánico cerebral, depresión grave con síntomas psicóticos, epilepsia, etc, etc,. El psiquiatra manifestó que la impulsividad y el suicidio en pacientes esquizofrénicos es de considerar, pues se describe que el cincuenta por ciento de estos pacientes intentan suicidarse y un diez a quince por ciento mueren por esta causa. Además, dentro de las anormalidades de las tendencias de defensa y posesión del cuerpo y las cosas, se describe la indiferencia a los rigores de la intemperie y a las agresiones de toda clase, la propensión a lesionar el propio cuerpo y el impulso de auto mutilación según describe el eminente psiquiatra Honorio Delgado.
Con esta explicación me respondía las dos primeras preguntas pero quedaba por responder la tercera, ¿Cómo pudo soportar tremenda destrucción de tejidos y mantenerse estable por muchas horas? Cuando muchas veces hemos visto que los pacientes fallecen por menores daños. Esa es la respuesta que quedará sin responder pues no tenemos mayores elementos de juicio para acercarnos a una explicación que satisfaga nuestra curiosidad científica. Finalmente, cuanto esfuerzo por salvar una vida, cuanta inversión del estado en esa tarea y cuanto sacrificio del personal de salud en tratar de ayudar a ese paciente, para que los familiares más cercanos, su esposa y su madre lo retiren del Hospital al segundo día y lo lleven a morir en su lugar de origen.

7 de diciembre de 2010

¡CHANCAY CHANCAY! ¿ALGUIEN BAJA EN CHANCAY?

El servicio de transporte terrestre progresivamente ha cambiado mucho desde hace muchos años, antes existía mucha informalidad, los ómnibus interprovinciales hacían sus viajes mayormente de noche, paraban donde querían y en cada pueblo o ciudad llenaban las unidades con pasajeros hasta que reviente; pero eso sí, la gran mayoría de veces eran dos los choferes por cada unidad que se turnaban en el manejo “mitad y mitad” la totalidad del viaje y siempre se reservaba un asiento un poco hacia atrás y ubicado en el pasadizo para que el chofer que no estaba manejando descanse mientras el otro chofer conducía, era el llamado “asiento del copiloto”.

En una empresa de transportes de Lima a Chiclayo y que ahora ya es historia, trabajaban dos primos, ambos habían logrado que la administración de la empresa los ponga juntos para realizar los viajes y como es obvio se ayudaban mucho sobre todo cuando había que visitar a la familia pues mientras uno iba a ver a su esposa e hijos el otro hacía parte del trayecto manejando solo.

Ambos primos tenía una personalidad muy particular, mientras uno aún sigue siendo delgado, de caminar lento y casi siempre con un cigarrillo en la mano; el otro era robusto de muy buena presencia con bigote al estilo de “galán de cine mexicano” y muy “bien parecido” y los que lo conocieron decían que su éxito con las mujeres era la envidia de todos sus compañeros; sin embargo como a todos los hombres, ambos primos siempre mantenían especial atención con las mujeres.

En cierta ocasión les tocó viajar juntos de Chiclayo a Lima, el viaje era largo y duraba toda la noche; salieron de Chiclayo a las siete con el ómnibus casi lleno y como todos los días en el trayecto iban subiendo y bajando los pasajeros en la medida que recorrían su ruta hacia la capital y a los pocos kilómetros de haber iniciado el viaje uno de ellos se fue a descansar al “asiento del copiloto”.

Pasaron las horas y se recorrieron muchos kilómetros y pasando Huarmey estando a medio trayecto el ómnibus se estaciona en una cafetería, era la hora del relevo y el chofer que estaba manejando debería ir a descansar y el que había descansado le tocaba seguir la ruta hasta Lima. El primo que fue a descansar caminó lentamente por el pasadizo del ómnibus que iba a media luz y mientras más se acercaba a su “asiento” le embargaba progresivamente una gran satisfacción y es que junto a su asiento de copiloto estaba viajando una hermosa dama, muy jovial y risueña y que respondió con cortesía el saludo que le ofreció cortezmente antes de sentarse.

Iniciaron una amena conversación y la dama respondía amablemente, el ómnibus seguía su ruta, pasaron el pueblo de Supe y el valle de Huaura; era de madrugada y todos los demás pasajeros estaban profundamente dormidos y se acercaban al poblado de Chancay. Impulsado por sus hormonas que estaban muy revueltas y dando por hecho que la dama iba a aceptar sus impulsos, el primo intentó darle una beso a la dama en la oscuridad de la noche; pero cuál sería su sorpresa que ella respondió bruscamente con una certera cachetada en la cara, y en el silencio de la noche se escucho muy fuerte un ¡PLAF!, que despertó a todos los pasajeros.

En ese momento, el primo se levantó de su asiento y haciendo fuertes palmadas con las manos muy abiertas y recorriendo de extremo a extremo todo el pasadizo del ómnibus en movimiento, dijo en voz alta: ¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF! “Chancay Chancay, ¿alguien baja en Chancay?

6 de diciembre de 2010

UN RACIMO DE UVAS: “EDUCACION SEXUAL SI, PERO QUE EL NIÑO ENTIENDA"

Carmen, hija del que en vida fue un brillante médico don Ángel Edmundo conocido por toda la familia como “papa Milton” es la mayor de ocho (8) hermanos y ella también se recibió de médica especializándose en ginecología y obstetricia, se caso con un médico y tuvieron dos hijos: María y Juanito quienes desde pequeños acudieron a escuelas que garantizaran una educación formal en lo posible, abierta y que impartiesen conocimientos serios y muy pegados a la verdad. Juanito el hermano menor de los dos hijos de Carmen, ya acudía al primer grado de la escuela primaria en donde resaltaba frente a sus compañeros por tener un buen nivel de inteligencia y una muy buena memoria como lo demostraba el hecho de saber la letra y cantar todo el himno nacional antes de haber cumplido los dos años de edad.

Como era época de cambios en el proceso educativo “Reformándolo” por enésima vez “disque” para modernizarlo, a Juanito ya le impartían clases de educación sexual y otras “reformas” en cursos como matemáticas enseñándole la teoría de conjuntos y otras “novedades”.

En una de sus clases de educación sexual había recibido información muy “detallada” sobre el aparato reproductor masculino y femenino y el proceso de la “fecundación” siendo informado que en este proceso, para tener hijos intervenían activamente tanto la mamá como el papá, y que en la madre funcionaban los ovarios y el útero; y que en el padre se usaba de alguna manera la funcionalidad de los testículos y otros anexos.

Ya se iniciaba una nueva semana escolar y Carmen decide darle a Juanito un buen baño y como su edad permitía todavía que como madre, sea ella quien refriegue las zonas que necesiten mas jabón y agua y estaba muy pendiente de él en la ducha ya que ella se interesaba mucho para que Juanito realice una buena limpieza de todo su cuerpo incluyendo los orificios del oído, el ombligo y lo demás.

Finalizado el baño era momento de secar todo su cuerpo y como todo niño curioso e inteligente, en la medida que se secaba su cabello, cara, pecho y espalda conversaba con su mamá sobre las tareas de la escuela. Pero llegó con la toalla a secar sus “partes íntimas”, y por primera vez tomó conciencia que tenía dos testículos y se acordó de la clase de educación sexual que había recibido el día anterior y repentinamente dijo: “mama, yo voy a tener dos hijos”. Carmen muy sorprendida por la frase profética que decía Juanito le preguntó que como sabía que el número de sus hijos iban a ser solo dos, y Juanito le respondió: “Porqué en la clase de la escuela me han dicho que los testículos del hombre son los que hacen los hijos y yo solo tengo dos y por eso solo tendré dos hijos”; además agregó: “Mamá, mi papá Milton que tuvo ocho hijos sus testículos parecerán un racimo de uvas, ¿verdad?”

5 de diciembre de 2010

CUANDO EL MIEDO HACE PERDER LA RAZÓN

Magdalena, un pintoresco pueblo de la sierra cajamarquina estaba de fiesta y como es de esperar mucha gente, propios y extraños, acudió al pueblo siendo motivo para recibir a muchos visitantes entre forasteros, familiares y amigos. Esta historia sucedió hace algunos años cuando el pueblo aún sufría de escasez de energía eléctrica ya que este servicio solo se ofrecía de 6 y 30 de la tarde hasta las 10 de la noche; era invierno y el clima estaba húmedo por las constantes lluvias y por ello se incrementaba un clima muy frío a pesar de que en Magdalena casi todo el año es templado y muy agradable.

Dos primos, Ramiro y Walter; habían salidos a fiestear, en casa de unos familiares y estuvieron en una tan amena reunión que la comida y sobre todo los tragos perduraron bastante y la fiesta se alargó hasta después de la media noche y como ustedes deben deducir a esa hora ya no había luz eléctrica ni en la fiesta donde se prendieron las lámparas y los mecheros ni en las calles ya que se habían apagado todos los focos de los postes de alumbrado público.

Muy avanzados en tragos, o como se dice “muy entre pisco y nazca”, Ramiro y Walter deciden regresar a su casa a descansar, pero la noche estaba negra incrementada por la lluvia que caía persistentemente y no se veía absolutamente nada. Como de la fiesta a su casa tenían que caminar varias cuadras se ponen de acuerdo para ir conversando y así saber que van juntos y deciden pegarse a la pared para que no sufran ningún accidente, caerse a los charcos de agua o los moje la lluvia mas de lo que ya estaban mojados.

Con la lluvia, en la oscuridad de la noche y sin un alma en el camino, el trayecto se hacía muy largo y la oscuridad les dio miedo, sobre todo porque repentinamente uno de ellos sintió un gran escalofrío cuando escuchó pasos de alguien que caminaba detrás de él, con el pánico que tuvo le avisó a su primo quien puso atención y también escuchó los mismos pasos detrás de los dos. Uno de ellos dijo: primo aceleremos el paso a ver si así lo perdemos y avanzaron mas rápido y conforme avanzaban los pasos también avanzaban al mismo ritmo que ellos, de pronto uno de ellos dijo: “Hay que parar para escuchar si se acerca” y ambos dejaron de caminar y los pasos también dejaron de caminar. Como no se veía nada el miedo se apoderó de los dos, ambos creían que los iban a asaltar y uno de ellos dijo: “Primo parece que estamos cerca de la esquina de la casa, allí nos paramos y al doblar la esquina al que nos está siguiendo le vamos a “pegar”, saca tu cinturón y úsalo como látigo que yo haré lo mismo”.

Llegaron a la esquina y uno de ellos inició la agresión al asaltante que los estaba siguiendo, y empezó a dar correazos a diestra y siniestra en la oscuridad de la noche, el otro primo empezó a gritar diciendo “Primo me están pegando” a lo que el otro contestó “tu también dale con tu correa” y así lo hizo y también dio de correazos a todos lados y ambos agredían sin saber a quien, sin embargo ellos estaban recibiendo la paliza de su vida y al sentirse muy agredidos gritaron a los vecinos que estaban siendo asaltados, y así; después de varios latigazos y correazos al y del supuesto asaltante; muy ensangrentados pidieron auxilio esperando que alguien los ayude. Como estaban muy cerca de la casa de la mamá de uno de ellos, la tía madre de uno de los primos al escuchar los gritos de su hijo y su sobrino cerca de la puerta de su casa se levantó de su cama, prendió su lámpara y salió por el balcón del segundo piso donde estaba su dormitorio a mirar que estaba sucediendo. Y se encontró con un cuadro patético: Ambos primos se estaban dando de latigazos en la oscuridad de la noche, y al aclararse el espacio por la luz de la lámpara notaron que estaban los dos solos muy ensangrentados y a cierta distancia estaba sentado un perro que los estaba observando muy cerca de ellos y que por la presencia de la luz de la tía y la inquietud de los dos primos se fue alejando del lugar haciendo el mismo ruido de los pasos que ellos habían escuchado cuando caminaban hacia su casa y que habían confundido con los de una persona.

11 de noviembre de 2010

EL HOMBRE ES EL ÚNICO ANIMAL QUE SE EQUIVOCA DOS VECES

Cuando éramos niños los seis hermanos nos preparábamos para ir a la escuela, la que fue nuestra casa tiene un patio y en esquina había un espejo colgado en la pared en donde no peinábamos después de habernos lavado la cara, para ello deberíamos pararnos frente al espejo a la altura de un alambre que cruzaba estirado a lo largo del patio y que servía para colgar la ropa mojada para que se seque después de lavarla.
Fernando que ya se hacía tarde para ir a la escuela, se estaba peinando frente al mencionado espejo, pero junto a él había un martillo que le impedía cumplir con su arreglo personal, pensó colocar el martillo en otro lugar y mirando a todos lados no había cerca una mesa, silla o banca para colocarlo, de pronto miró hacia arriba vio el alambre que cruzaba sobre él y tubo la brillante idea de colocarlo colgado por las uñas posteriores de la cabeza del martillo.
Pensando que había cumplido su objetivo continuó peinándose y de repente sintió un golpe muy fuerte en la corona de su cabeza y por su costado cayo el martillo al suelo. Muy preocupado por lo que había sucedido y sufriendo por el dolor del golpe se preguntaba ¿qué había sucedido?, no lo podía entender; “pero si yo lo he colgado”, se decía mentalmente, “como pudo haberse caído”. La duda y la curiosidad de cómo había sucedido el golpe lo motivaron para que vuelva a repetir el hecho colgando el martillo de la misma forma como lo había hecho anteriormente y cual sería su sorpresa que ante sus ojos y sin poder esquivar al martillo, este se volvió a desprender del alambre y por segunda vez golpeó la cabeza de Fernando con la misma intensidad y con el mismo resultado que la primera, presentando por mucho reato un fuerte dolor de cabeza y don “chinchones” sobre su corona.
Lo que había sucedido no es más que una lógica explicación de “física” elemental y un simple ejemplo de cómo se equilibran el peso de los cuerpos, al colgar el martillo por las uñas todo el peso de la cabeza del martillo que está al lado opuesto de las uñas o sea en la zona por donde el martillo suele golpear, cae atraído por la ley de la gravedad y voltea al martillo desprendiéndolo del alambre.

4 de junio de 2010

UN NUEVO AÑO UNA NUEVA ETAPA

El año 2010 que ya transcurre, ha inicado en la vida de todos los peruanos una nueva etapa social, política y económica y en las personas también en especial en la mía propia; digo que es una nueva etapa social porque los cambios que se dan en la conducta de los grupos sociales está diariamente mostrando la influencia de los avances tecnologicos que van a gran velocidad mostrando cada día algo nuevo y que por ser divulgados mundialmente colocándolos estrategicamente en los mercados llega a mover las conciencias de todos e influenciar seriamente en la conducta de las personas quienes buscan adquirir estos "inventos". El ejemplo mas significativo es el uso del celular, movil, teléfono portatil o como lo llamen que como herramienta de trabajo es una ayuda significativa cuando se trata de entablar comunicación, pero la tecnología le agregó otros usos como cámara fotográfica, radio, archivador de musica, etc. etc. y le agredó también el calificativo de una herramienta de riesgo ya que por atender el telefono celular, en el carro o al cruzar la calle, uno puede hasta perder la vida. La tecnología también ha llegado al las zonas rurales y no es raro ver diariamente a nuestros hermanos del campo usando su teléfono móvil cuando hacen sus tareas laborales. Y que decir de las computadoras, que ya reeemplazaron a las máquinas de escribir y casi todo se hace en computadora, las tareas de los escolares tienen que ser en computadora y como esta herramienta hace todo, los niños están perdiando la capacidad de dicernir y/o utilizar la memoria e inteligencia para hacer sus trabajos los que nos lleva a ver en algunos lugares que hay niños que no saben ni sumar y para hacer las tareas la computadora lo hace mas fácil, entro al google y ya. Las noticias de las paginas rojas de los diarios y los noticieros de la televisión peruana, son en su mayoría: asesinatos, muertes, asaltos, accidentes, robos o violaciones muchas de las cuales se hicieron teniendo como instrumento de apoyo la computadora.
La nueva etapa política de este año lo marca el inicio de los procesos electorales, los profesionales elegirán a su representante en el Consejo Nacional de la Magistratura, luego elegiremos a los presidentes Regionales y alcaldes y el próximo año al nuevo presidente del Perú, una etapa larga llena de bullicio, con amplia licencia para ensuciar la ciudad sin respeto a los ciudadanos y divulgando a diestra y siniestra promesas que en su gran mayoría nadie los cumple. Somos un país de mala memoria, tuvimos un presidente que nos dejo en las peor de las miserias y lo reelegimos, tuvimos un presidente con la mas escandalosa historia de corrupción y fue presidente en tres oportunidades, los políticos de nuestro parlamento se codean con el narcotráfico, el terrorismo y la corrupción y los volvemos a elegir y así sucesivamente, siglo tras siglo seguiremos como pais subdesarrollado hasta que Dios se acuerde de nosotros los peruanos.
Y la nueva etapa aconómica lo da los indicadores económicos, que dicen que estamos mejorando(?) que somos uno de los paises de mayor crecimiento a nivel mundial, es posible que sea cierto pero lo que también es cierto que que se ha polarizado mas los extremos de pobreza y riqueza, ahora hay mas ricos muy ricos y mas pobres muy pobres, la clase social mas beneficiaria es la clase media que ha mejorado. Sin embargo ese aparente bienestar económico no se evidencia en los servicios públicos del estado, el sector salud sigue totalmente abandonado, sino visiten Nazca para ver somo está, la policia nacional está desatendida hace años, los maestros ni que decir y esos solo son unos ejemplos ya por todos conocidos; ¿porque no se hace nada? es cuestión de dinero teniendo cerca de treinta mil millones de dólares de reservas internascionales, o es una cuestión de personas ya que tenemos autoridades incapaces que no saben como utilizar el dinero. A propósito de ello un alcalde de un distrito cercano ha levantado toda su plaza de armas que se veía muy bonita para hacer una nueva y su pueblo no tiene agua potable de manera contínua.
sobre mi persona hablaremos en otro momento.