18 de septiembre de 2011

LA CALUMNIA


LA CALUMNIA EN LA INSTITUCIONES PUBLICAS
Las instituciones públicas del Perú reflejan la situación política y económica del país a la que la prensa nacional e internacional halaga por tener una de las economías de mayor crecimiento entre los países del tercer mundo, sin embargo aun mantenemos altos índices de malnutrición, pobreza y sobre todo somos unos de los países con mas corrupción en el mundo; este bajo nivel de formación profesional entre los trabajadores hacen que las instituciones trabajen sin un horizonte común, sin una cultura institucional que los agrupe ni una razón que los motive tener “amor a la camiseta” donde todos pongan el hombro para levantar el nivel de la calidad del trabajo en su centro laboral.
La conducta humana de las persona es el reflejo de la formación obtenida en su entorno familiar y escolar, si el Perú aún tiene una significativa población analfabeta y mayormente rural con bajo nivel de escolaridad y con alto índice de personas que viven en familias destruidas por abandono social es que en las instituciones públicas se refleja la misma forma de vida, la misma conducta que es llevada para continuar la vida “familiar” en nuestro centro de trabajo donde la mayoría solo busca el beneficio personal sacándole el máximo provecho a la institución metida en una coyuntura de crisis de valores atropellando a todos sin importarle a quien dañe, echando mano a la mentira, la calumnia, el chisme barato y la desacreditación.
El sector salud no deja de ser la excepción, en nuestro departamento cada vez que se producía el cambio de las autoridades pertenecientes a diferentes partidos creaba mucha expectativa sobre todos en quienes deseamos que se mejore la salud de la población cajamarquina, sin embargo nos hemos llevado varios desengaños cuando periodo tras periodo pasan autoridades casi siempre inexpertas rodeadas de gente improvisada que por ser del partido reciben las prebendas de una cargo público del casi siempre no saben nada y que aceptan soplo solo por buscar su beneficio personal, la esperanza de tener instituciones públicas diferentes con los mejores recursos y trabajadores con más cultura institucional que trabajen en bien de los demás se fue perdiendo poco a poco pues así los problemas se han agudizado y los oportunistas han tomado el control de las instituciones y la corrupción se ha institucionalizado, el acomodo son el modus operandi en casi todas las instancias de autoridades y la gran mayoría de los trabajadores.
Cuando una institución como el sector salud se hace cada vez más corrupta, a la gente honesta le cuesta trabajar en ese clima de desorden y de improvisación, le hace difícil estar conviviendo con los corruptos y con los irresponsables y sólo queda rogar que la conciencia aguante. Las personas que quieren mantenerse en los cargos públicos venden su alma al dinero que es la mejor forma de recibir el apoyo de todos apoyados por los sicosociales institucionales que de manera sistemática sueltan calumnias para así defenderse de los llamados enemigos o como algún director decía de los “terroristas blancos” que son los que no tienen la opinión del dictador. Calumnia, calumnia que algo queda dicen los necios y al respecto un autor escribe sobre el tema lo siguiente: Calumnia quien puede y quiere, siempre queda algo de una acusación falsa por más que se quiera componer lo que se ha querido dañar. Dicen que la receta de la calumnia contiene estos ingredientes: falsedad, malicia, dolo y una pizca de deshonra.
El calumniador tiene una lengua tan rápida como el pensamiento; sus movimientos “calculados espontáneamente”, van acompañados de comentarios llenos de veneno que hacen circular sin escrúpulos. No se le puede tener miedo a la calumnia, sin embargo, hay que cuidarse de no abrumarse por ella, estando consciente de que, el que la causa debe ser considerado un insolvente que nunca podrá repararla, porque se dice, que la calumnia es hija de la ignorancia y hermana gemela de la envidia. Todas estamos expuestos a caer en las redes de la calumnia aunque lleve una vida incuestionable, porque siempre hay un detractor que no pierde oportunidad para descargar sus frustraciones en alguien que no las tiene.
El calumniador como el malhechor no desaprovecha oportunidad para asaltar la honra del calumniado. Por esto también hay que cuidarse de escuchar palabras preñadas de maledicencia, porque nunca se sabe la intención con que se propalan éstas. La calumnia se presenta como una brisa tenue, sutil, dulcemente expuesta que no deja espacio para la duda. La mejor arma contra la calumnia no es la irritación, porque le allana el camino; más que justificarse ante una calumnia porque los amigos no lo necesitan y los enemigos no te creerán, lo aconsejable para derrotarla es callar.
Duele la calumnia porque lacera el alma y la palabra hiere más que la espada, no obstante, es preferible seguir estando en paz consigo mismo, recordando aquel pensamiento de Rousseau, de que las injurias son las razones de los que no tienen razón. Nadie puede arrebatar la paz de la que se disfruta, ni siquiera el calumniador, es un don de Dios.
Encontré por allí algo que me gustó y lo comparto con quien lee estos escritos, dice que quien te lastima te hace fuerte, quien te critica te hace importante, quien te envidia te hace valioso y a veces es divertido saber que aquellos que te desean lo peor tienen que soportar que te ocurra lo mejor.
Los que conviven con nosotros en el trabajo no aceptan que nuestra bandera sea luchar por la equidad y el trabajo justo con vocación de servicio y sin interés del dinero de por medio; ellos no lo aceptan y son los que persisten en dañar nuestra persona difundiendo rumores que dañan nuestra imagen escondiéndose en el anonimato. A veces hay que soportar periódicamente el acecho de quienes desean derrumbar los largos años impecables sin dolo y miedo y seguir en el trabajo manteniendo la misma línea de conducta y sobre todo buscando siempre mantener el alma tranquila ante la injuria y la calumnia, tranquila ante la adversidad y el acecho de quienes quisieran vernos en el suelo, a veces evidencias que hay basura humana que ofrecen regalar una botella de wisky a quien hiciera daño, pero el tiempo te enseña que por más que quieran volar a las estrellas, las ratas tendrán que contentarse con seguir arrastrándose en el suelo buscando mantenerse por siempre en el mismo agujero porque no saben quehacer fuera de él.
Solo Dios habrá de juzgarnos y sabrá perdonar nuestros errores.

13 de septiembre de 2011

LA VIDA ES DULCE


LA VIDA ES DULCE
Es domingo, día de descanso, día de olvidar la responsabilidad del trabajo, día del regocijo, día de la alegría y la unión; toda la familia había salido a disfrutar de un almuerzo en un restaurante campestre en las afueras del pueblo de Llacanora a unos diez kilómetros de la ciudad de Cajamarca, muy alegres degustamos de un rico caldo verde con quesillo, unas cecinas shilpidas y unos cuyes fritos con su “arroz de trigo” asentados con un “sol y sombra” bebida conformada por cerveza negra combinada con inca cola las que se van sirviendo primero la gaseosa y luego la cerveza haciendo que se forme los dos niveles de colores de las bebidas con el amarillo abajo y el negro arriba muy agradable a la vista y al paladar más exigente.
Después de saciar el apetito finalizando el almuerzo seguimos conversamos un rato haciendo la sobremesa, luego vamos a pasear por el campo, al aire libre visitando la laguna de sulluscocha, recorriendo los “zoolitos” de los sapitos, respirando aire puro y contemplando el vuelo de los patos y el hermoso paisaje cajamarquino que lo forma el horizonte de la cordillera azul con el verdor de los eucaliptos tan agradable a los ojos del que sabe contemplar la naturaleza de manera particular; al terminar la tarde poco a poco decidimos regresar no sin antes pasar por el balneario de los Baños del Inca primera maravilla del Perú, donde se hace obligatorio degustar un postre en la dulcería más concurrida del balneario; allí estacionamos los vehículos y bajamos todos a pedir el manjar que más nos agrada a cada uno de nosotros.
Había mucha gente en la dulcería y nos cruzamos con mucha gente conocida y desconocida que hacía difícil pedir el postre deseado, nos costó encontrar un espacio para sentarnos hasta que llegamos a ubicarnos en una mesa donde degustamos alfajores, pastel de manzana, mazamorra morada, helados y cuanto postre había en las vitrinas hasta saciarnos tanto que llegamos a empalagarnos; ya casi para retirarnos levanté mi mirada y en otra mesa entre las muchas que había me llamó la atención una familia que se estaba acomodando lentamente para pedir el dulce preferido, mi memoria trabajó rápidamente para buscar en mi archivo mental quienes eran aquellas personas conocidas que me llamaron tanto la atención; eran cinco personas que conformaban la familia, la madre tres hijos y un nieto de la mayor; pidieron los postres más dulces de la tienda y así como nosotros disfrutaron de todos los manjares y néctares hasta repitiendo sus pedidos una y otra vez. En un momento de la velada mi mirada se encontró con la de todos ellos, la madre y los hijos no supieron qué hacer para parecer no ser vistos por mi persona, parecían que habían visto al demonio y manifestaron una gran intranquilidad que se hacía notar tanto que llamó la atención a toda mi familia quienes me preguntaron que estaba pasando; para ellos fue un momento de bochorno colectivo a sentirse “ampayados” por mi persona en la dulcería y casi sin terminar los dulces, las cinco personas fueron saliendo lentamente una tras otra para pasar inadvertidos frente a nosotros.
A la madre del grupo, una señora muy mayor y de muy buenos sentimientos se le veía mas preocupada, parece que le remordía la conciencia con el encuentro y al verme no supo qué hacer y muy mortificada mientras estuvo por salir de la dulcería decidió esperar hasta cuando nosotros también nos estábamos retirando para enviar un pequeño paquete para ser entregado a mi persona por un mensajero, paquete que contenía una docena de alfajores de manjar blanco como regalo y en ella una nota que decía: La vida es dulce.
Que tenía de particular aquella familia que estaba en la dulcería tan preocupada por haberme visto:
Es que soy médico y mi especialidad es la endocrinología y a todos los miembros de esa familia yo los atiendo para controlar su DIABETES.