26 de septiembre de 2013

PALABRAS FINALES


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Fue en uno de los viajes a Lima, inicio del 2000, cuando mi papá habló conmigo de una de sus aficiones sobre escribir, el periodismo y la divulgación escrita. Ya como muchos sabrán, mi papá empezó a publicar un anecdotario ameno llamado “La opinión del último” que alberga en internet y que gracias a una gran amiga, Claudia Zegarra, pudo ser publicado en formato libro de única edición, sin embargo no cuenta con su última publicación la cual les detallo a continuación:


Señores, mi padre no solo es un buen escritor, sino un gran médico. Es increíble el collage de recuerdos que tengo de él, como padre, como profesional y como amigo, pero todos con un patrón en común: su decencia y generosidad. Su carácter amplio conocido por quienes lo trataron, sutil y detallado para los que tuvimos la suerte de verlo en su dimensión real.

Papá, tu ganaste a la enfermedad, no en la forma que yo con mi pensamiento limitado pensaba. Tú demostraste una fortaleza que me es imposible imaginar en carne propia y supiste y analizaste tu enfermedad como médico y como paciente. Eso te engrandece, eso te hizo ganarle, porque te has ganado la gracia divina, has unido, has fortalecido y has hecho aprender siguiendo tu rol de educador.

Dudo de mi capacidad de expresarles lo que siento, lo que él me hace sentir, dudo del lenguaje como medio de expresión de sentimientos, soy por esa razón un hombre de ciencia, pero tú pudiste hacer las dos cosas. Necesito recordar en esta altura una frase de un gran amigo mío: “Tranquilo Cumpi, Dios escoge de lo bueno”.

Gracias papá, esposo, hijo, hermano, tío, padrino, amigo, colega, compañero, amigo, doctor… Doctor Doctor seguiré y sigo aprendiendo de ti pues este par de meses que pasé a tu lado me hicieron crecer más que mis 28 años de vida.

Ya no duele papá, se acabó el dolor de espalda. No más tramal, no más vías ni ejercicios. No más guindón ni sopa de verduras sin sal. Ahora disfruta de mi Mama Lucha con mi tío Gonzalo en Cajamarca, jugando telefunken con mi tía Flor. De mi Mama Gloria y mi papa Milton comiendo una torta con medallita. Siéntate a escuchar a Mozart y el concierto de Aranjuez tomando un jugo de frutas con algarrobina. Estás con Dios, ya lo estabas acá, ya lo estás ahora.

Gracias mamá, tienes una fuerza sorprendente, no me la puedo imaginar ni lo podré hacer, tu cariño aun me cuesta comprender por lo inmenso que es, ya me gustaría poder amar así. Gracias Nakarid… “¿Qué tal año, no?”, que suerte tienes de tenerlo un año y ser su última amiga, soporte y fuerza. Tía Lucha: cuando hagas crucigramas y ya sabrás quien te dicta las respuestas cuando las piensas. Tío Fernando: ya viajaremos a Tacna en caravana nuevamente. Tío Carlos ya no te picará más la roncha. Tía Mila: ya podrán conocer todo Puno sin soroche de por medio. Tíos forajidos: ya iremos los viernes a jugar cachito toda la tarde. Papa Juan: qué gran hijo tienes. Gracias a todos los que nos apoyan. Perdón si olvido a alguien, me es difícil. Mi papá está en el cielo. Te quiero.



Juan Jave S.
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* Palabras finales dadas por el hijo de Juan Jave Ortiz en su sepelio.

16 de septiembre de 2013

ÚLTIMO RELATO ANECDOTICO

ULTIMO RELATO ANECDOTICO

La historia se inició un día cualquiera del mes de febrero cuando presenté sin causa aparente dolor de la musculatura que hace funcionar al omóplato, dolor que no cedía con ninguna de las medidas terapéuticas usadas, nunca hasta ese momento había tenido un dolor que progresivamente se fue haciendo muy intenso, sin embargo varios de los colegas médicos que me vieron con muy buena intención y cariño orientaron sus diagnósticos hacia patología de ese lugar, pero a las pocas semanas apareció una sintomatología muy particular del sistema nervioso en el brazo izquierdo y fueron los adormecimientos y parestesias de los dedos anular y meñique de la mano izquierda así como una muy discreta pérdida de la fuerza muscular de esa área, aquello fue motivo para que buscara la opinión de otros colegas especializados desde el traumatólogo, psiquiatra hasta el neurólogo del seguro quien con muy buen criterio sugirieron una electromiografía, pero como en Cajamarca esta institución no cuenta con este servicio, tenía que viajar a la ciudad de Chiclayo para que me hicieran el procedimiento, con la demora que significaba esperar la expedición de los pasajes, viajar, hacer el procedimiento y esperar los resultados demandaba mucho tiempo, por ello decidí viajar a Lima de inmediato y allí tuve el diagnóstico definitivo en una semana.

Ya en la ciudad capital el primer examen que me realicé fue en el hospital Santo Toribio de Mogrovejo con el apoyo incondicional de la enfermera Lorena Jaila y del Dr. Ermitaño Bautista, un ex alumno de la Universidad de Cajamarca quien está trabajando en la unidad de cuidados intensivos neurológicos, ambos estuvieron muy pendientes de la realización del examen electromiográfico cuyo resultado final arrojo como conclusión: Que el estudio neurofisiológico realizado evidenciaba sufrimiento radicular agudo de D1. Al ver el resultado el médico mandó de inmediato una resonancia de columna cervical y una médica conocida que nos vio al paso en los pasillos del hospital agregó al pedido una resonancia de plexo braquial. Con el mismo apoyo de un médico se consiguió la cita para la resonancia ese mismo día en un centro particular y por la tarde en que era la cita asistimos con mi esposa, muy puntuales para el esperado examen, el proceso fue realmente impresionante, mas de una hora totalmente inmóvil dentro de un tubo que hacía ruidos extraños que realizaban el registro el daño y todos los hallazgos que después de veinticuatro horas me entregaron en un sobre cerrado. Al día siguiente fui a recoger los resultados de los dos procedimientos de resonancia Magnética; el resultado de Columna Cervical fue: Lesión vertebral a nivel de D1 sospechoso de neo formación probablemente secundaria, debe correlacionarse con antecedentes; así como un proceso sólido captadora de sustancia de contraste el que estrangula el tallo medular en dicho nivel D1 lesión de similares características en el pedículo izquierdo de C7. Y el resultado de la Resonancia Magnética de Plexo-Braquial dice, Conclusión: Proceso de aspecto metastásico en D1 afectando el cuerpo vertebral y la lámina izquierda con una masa epidural solida que rodea el tallo medular en dicho nivel comprimiéndolo; así como hay otra masa de partes blandas de 30 x 28 mm adyacente a la lámina izquierda de C7.

Con esos resultados regresé al hospital Santo Toribio en donde sugirieron que mi enfermedad debe verse en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, Y así fue que fuimos de inmediato al INEN y nuevamente con el apoyo de un ex alumno de la Universidad de Cajamarca el Dr. Marrufo Avellaneda fui visto primero por el neurocirujano oncológico del instituto quien me pidió tomografías de tórax y abdomen el que me lo hice de manera particular y llevé los resultados al neurocirujano quien se desentendió del asunto asumiendo que como el informe decía era una neoplasia de páncreas por lo que después me hice ver por los especialistas de abdomen oncológico quienes me invitaron a ver los resultados de la tomografía conmigo y cuyo informe dice: Tomografía de tórax, Conclusión: Signos tomográficos de sugestivos de implante secundario en la primera vertebra dorsal. Metástasis. Tomografía de Abdomen y Pelvis: Conclusión: Signos tomográficos de lesión de masa sólida heterogénea en cuerpo pancreático de aspecto neo formativo asociándose adenopatías peri pancreáticas y retro peritoneales.

Con esta información me acerqué al hospital de EsSalud de la avenida Grau, o sea el hospital Guillermo Almenara para hablar con el jefe del Departamento de Gastroenterología Dr. Jorge Ferrandiz, un compañero de la séptima Promoción de medicina de la Universidad Nacional Federico Villarreal con quien después de identificarnos, ya que al inicio no me reconoció, me ayudó en mi caso y me atendió muy bien, el vio la información que le llevé y en coordinación con otro médico ex alumno de la Universidad Nacional de Cajamarca el Dr. Marrufo Avellaneda me programaron para una video endoscopía en la mañana siguiente y así fue que obtuve la confirmación videoendoscópica del cáncer de páncreas cuyo resultado final dice: Videoendoscopía: Diagnóstico: N.M. de Cola de Páncreas.

Era el momento de pensar en cómo afrontar este proceso, pero aún tenía una alternativa de consulta cual era la de visitar a mi amigo Carlos Carracedo, médico gastroenterólogo oncólogo que lamentablemente ya no trabajaba en el INEM, ya se había retirado y solo se dedicaba a la práctica privada así que lo busque en su clínica; fue muy amable y recordamos el inicio de nuestra amistad cuando éramos residentes; él fue muy tajante en sancionar la situación al calificar el estadio de una neoplasia, “Juan, es un grado cuatro” me dijo, es terminal y hay muy poco que hacer sin embargo te recomiendo estas cosas, y me dio algunos concejos médicos que fueron muy valiosos para mí y lo recibí con mucho cariño. Entre otras cosas hice en su laboratorio los primeros análisis de marcadores tumorales para cáncer de páncreas el cual como era de espera salió: Positivo y con valores muy altos.

Ya con todo lo realizado hasta este momento era hora de iniciar acciones, obtuve cita para el consultorio de cabeza y cuello en INEN y a través de la consulta realizada con la Dra. Ballón me programaron las primeras diez radiaciones de cobalto a la altura de C7 y D1, para disminuir el tumor de la columna cérvico-dorsal y así durante los días de Semana Santa recibí diariamente la radioterapia sobre el tumor metastásico de la base del cuello.

Finalizando la radioterapia y dejando pasar dos semanas de descanso fui programado por el cirujano gastroenterólogo Dr. Francisco Berrospi a ser hospitalizado en el pabellón de neoplasias del aparato digestivo y me toco estar en la cama número 666, el motivo era someterme a una laparotomía exploradora para ver si se puede obtener una muestra de tejido que nos permita conocer el tipo histológico del tejido maligno que estaba afectando mi salud y quizás alguna remota posibilidad de una cirugía mayor que me lleve a una franca mejoría; lamentablemente solo fue una intervención laparoscópica que solo permitió una biopsia de ganglios adyacentes al páncreas y que permitió el análisis patológico que confirmó el cáncer de páncreas.

Salí de alta a los dos días, había bajado significativamente de peso hasta tener cincuenta y dos kilos y estaba muy emaciado; la radiación a la base del cuello me estaba haciendo sentir los efectos secundarios como el de no poder comer adecuadamente, perdí hasta el poder saborear las comidas y tenía dificultad para deglutir los alimentos.

Gracias a la llamada telefónica de un gran amigo, el Dr. Gadwin Sánchez Felix, Jefe del Servicio de dermatología del hospital Edgardo Rebagliati Martins, decidí por recomendación de él, iniciar mi tratamiento del cáncer de páncreas en el hospital E. R. M. De inmediato con ayuda de mi fiel esposa se hicieron los trámites de transferencia y cambie de residencia a la ciudad de Lima, así recomendándome al Dr. Brady Beltrán médico oncólogo el más capacitado para mi caso, inicie nueve meses de terapia oral diario por catorce días seguidos al mes y endovenosa una vez por semana por tres semanas al mes, luego de descansar y hacer los controles correspondientes en el mes de diciembre se considero observar el caso por que todo se había detenido.

Me citaron para mi control para el mes de abril, pero el cáncer no espero, el tumor metastásico de la columna vertebral estaba comprimiendo mas y estaba perdiendo fuerza de ambas manos y el control de resonancia salió que había un tumor mas en D2, considero una emergencia y de inmediato pidió mi hospitalización para descomprimir, biopsiar y reconstruir la columna vertebral y así fue después de un mes de estar hospitalizado fui operado un lunes veintinueve de abril del 2013, sacaron las dos vertebras invadidas por el tumor y lo reemplazaron por placas y cubos de titanio, los médicos refirieron que nunca habían visto algo parecido a lo que yo tenía y que debemos esperar el resultado del estudio anatomopatologico para saber si realmente es metástasis o es otro tumor. Ya han pasado quince días. Espero el informe escrito, así que esperaremos más…



***


EPÍLOGO
Nuestro padre no pudo continuar con la narración de su enfermedad debido a las complicaciones que paralizaron sus manos e imposibilitaron su escritura. La enfermedad siguió avanzando y el tratamiento adecuado no podía llegar porque no se conocía bien la patología de la misma y las complicaciones que presentó. Se decidió dar radioterapia con acelerador lineal para disminuir el dolor y controlar el avance de la neoplasia a nivel de cuello, plexo y columna.

Aun cuando no podía escribir siguió analizando su enfermedad en base a sintomatología que solo él podía percibir directamente y las transmitió de manera oral tanto a su familia como a eventuales alumnos de medicina interesados en su caso. Siguió en tratamiento y en conciencia aun cuando el habla le fue escaza, el dolor disminuyó pero también la movilidad en miembros inferiores y la capacidad de deglutir, sin embargo siguió con el análisis y con el trazó el camino con fortaleza para un eventual tratamiento basado en quimioterapia.

Las complicaciones derivadas de la enfermedad le ganaron la partida un 12 de Septiembre del 2013 con estado de conciencia estable y en compañía de su familia más cercana, dejando tras de sí el gran legado del análisis de la neoplasia más agresiva y de peor pronóstico conocido, rompiendo esquemas y mitos sobre tiempo, resistencia, conciencia, dolor y de este forma ganarle él la partida a la enfermedad.

21 de abril de 2013

IMPERICIA O NEGLIGENCIA

IMPERICIA O NEGLIGENCIA

La iglesia católica considera que para que un ser humano haya llegado a cometido el error del pecado debe estar frente a tres condiciones que en la mayoría de las veces esta y existe, la primera es tener total conciencia del pecado, la segunda es tener la voluntad de pecar y la tercera es la decisión final en el acto del pecado; hablo del pecado como falla en la conducta humana y que al aplicar el error en la práctica médica, muy manipulada por la prensa popular, los periódicos y todo medio de prensa auditiva o visual creen que todo acto médico que deje de ser totalmente bueno es catalogado como negligente, sin embargo sabemos por los expertos que ellos también han clasificado a los "errores" médicos según sus características de hecho que va desde la falta experiencia o "impericia" hasta la severa negligencia que colinda con el delito y merece todo el peso de la ley.

Yo jamás voy a aceptar que en una profesión tan noble como la medicina exista mala intención en un servicio o atención médica, habrá inexperiencia y mucha, pero intención de daño no lo creo; por ello esta anécdota quiere resaltar hechos no mal intencionados sino de malos resultados que pueden en la vida de los enfermos dar cuadros abigarrantes que hacen confundir el mejor experto médico que quisiera llegar a un diagnóstico certero.

Eran los años en que ampliaba mis conocimientos y capacitación como médico realizando mi residencia de medicina interna en un hospital de muy alto nivel en la capital, se había hospitalizado una paciente mujer relativamente joven que provenía de la calientes tierras del norte del país, era de talla baja, de crespo peinar, tés morena, de alegre carácter a pesar de la enfermedad que padecía, habían pasado más de un año de las molestias por la estaba siendo tratada en su tierra sin éxito por lo que decidió ir a un buen hospital de la gran capital.

Cuando se hospitalizo, como en todos los casos se le hizo su historia clínica completa, y entre los antecedentes figuraba que aproximadamente hacia un año se había operado de vesícula allá en el hospital de su tierra natal y que al poco tiempo de aquella operación empezaron sus problemas que eran ya largos meses al pasar más de un año de los mismos y que no se resolvían a pesar de los múltiples análisis y exámenes realizados durante los más de doce meses de enfermedad.

Los miembros del equipo médico Iniciamos la investigación del caso siempre pensando en que sería una enfermedad crónica consuntiva de larga data y en ella siempre pensando en el Perú profundo como la tuberculosis sistémica, linfoma, parasitosis cola genopatías, neoplasias, etc.

Ya habían pasado una semana y no teníamos resultados positivos a ninguna de las enfermedades planteados en el diagnóstico, solo algunas pruebas funcionales alteradas como anemia crónica, hipoproteinemia moderada que explicaba los edemas o hinchazones, pérdida de peso, disfunción digestiva, y disfunción muy leve de riñón e hígado, así se decidió entrar en mundo de las enfermedades raras, crónicas discapacitantes cuando ocurrió el milagro.

Eran aproximadamente las diez de noche, y la paciente presento una sensación imperiosa de ir a defecar, pero no era normal, no en ese momento, era muy raro, la sensación se acompañaba de un dolor no comprendido y difícil de explicar, en fin la paciente pensó finalmente que era su propio mal el que parecía cambiaba su forma natural de defecar; el hospital a pesar de su nivel de resolución es antiguo y no tiene las comodidades de los modernos y el defecatorio era colectivo pero a esa hora la paciente se encontraba en el completamente sola.

Ella describió después su suplicio, estando sentada presento un dolor tan intenso que no pudo describir fácilmente, los médicos antiguos lo describirían como "dolor exquisito" aquel fue tan intenso que le produjo un grito tan desgarrador que retumbó en toda la sala donde descansaban en ese momento los cerca de treinta pacientes más y acompañado de un sudor frío y una sensación de muerte inminente, pasaron los minutos y poco a poco se restableció no sin antes haber evacuado en el preciso momento del dolor una cantidad significativa de excremento que bien hubiese cubierto toda la taza, se sentía algo mejor, espero un rato y por el mal olor y el volumen quiso salir lo más pronto posible aplastando la palanca del inodoro e ir rápidamente a su cama. Pero al intentar correr el agua algo le llamó la atención en superficie, flotaba de una manera especial, tenía un color negruzco y definitivamente no era excremento, ¿que será eso? ¿parece que yo lo elimine se decía, ¿lo habré eliminado yo, pensó? y su curiosidad de mujer lo llevo a conseguir una escoba y con el pequeño palo y sin miedo lo saco y lo puso en el lavadero para luego lavarlo durante largo rato en repetidas veces y cada vez se sorprendía más de lo que tenía en sus manos y no lo podía creer, cuando creyó conveniente que había terminado de lavar aquel objeto eliminado durante su defecación lo extendió en el piso y lo observo durante largo rato, y llego a una conclusión, era una Gasa de más o menos treintena centímetros de lado que por encontrarse en buenas condiciones pudo lavarse adecuadamente sin deteriorase, lo guardo secándolo hasta la mañana siguiente para que lo mostrase a sus médicos del momento.

Al iniciar el día siguiente todos en el servicio como en los servicios aledaños comentaron el hecho y por lo tanto era muy necesario una reunión clínica de urgencia frente a tan inesperado acontecimiento, los médicos deberíamos tener una opinión y posición al respecto, y así fue que dado los acontecimientos se consideró necesario la opinión de los cirujanos pues con el antecedente de una cirugía abdominal hace un año, siendo el mismo tiempo en que se iniciaron sus molestias, se hacía importante deducir que la gasa se habían olvidado en aquella cirugía. Por lo tanto la opinión del cirujano era importante pues era el que opinaría que hacer ante una gasa que quedo en cavidad abdominal y que salió por cavidad digestiva. Así fue que se ínterconsulto al servicio de cirugía pero sucedió algo inesperado, la paciente bruscamente pidió su alta voluntaria, pues ella aparentemente se sentía bien y ya no quería seguir gastando más y al parecer ya se había solucionado sus problemas. Nosotros respetuosos de la decisión de la paciente realizamos los documentos de alta y la paciente se despidió.

Al momento de salir del servicio se dirigió hacia nosotros y dijo: ustedes que me aconsejan: ¿Enjuicio o no lo enjuicio al médico que me opero hace un año?

19 de marzo de 2013

UNA NOCHE EN LA CASA DE LOS VAMPIROS



UNA  NOCHE  EN LA CASA DE LOS VAMPIROS
Era una señora de origen italiano de trato muy agradable, de hablar lento y de mucha experiencia, tenía muchos años de trabajo y a pesar de su avanzada edad tenía un corazón joven que le permitía aun a su edad penetrar al espesor de la selva central a trabajar en la educación bilingüe de los niños de la comunidades nativas ashánincas a lo largo del rio Tambo, era una buena compañera y como yo era el encargado del área de salud en la ONG donde trabajamos me hizo una consulta médica cuando estábamos degustando nuestros alimentos en la mesa del comedor de nuestro local en la Merced, Chanchamayo.
“Doctor”, me dijo con su  pausada forma de hablar, “he venido porque estoy preocupada por un incidente que me pasó hace poco, hace unos días cuando finalizando la jornada de trabajo en una comunidad nativa de la ribera del río Tambo me dispuse a dormir y para ello como usted sabe extendí la hamaca y sobre ella el mosquitero preocupándome en que esté bien colocado de tal manera que no ingresen los zancudos, me acosté y leí un poco  hasta que me dormí, el problema fue al día siguiente cuando desperté, sentí que mis pies estaban húmedos y cuando los miré me di con la desagradable sorpresa que mis pies estaban manchados con sangre y que tanto la hamaca como el mosquitero que envolvían mis pies en esa zona estaban también sucios con sangre, durante la noche yo no había sentido nada, me revise los pies y observé una pequeña herida en mi talón, es por eso que he venido porque lo que sucedió es que había sufrido una mordedura de vampiro y sé que ellos transmiten varias enfermedades y una de ellas y la más mortal es la rabia”; me dijo muy preocupada.
“Es verdad”, le dije en tono de no alarmarla más, “los vampiros como se los llama aquí en la selva son murciélagos hematófagos que se alimenta habitualmente de sangre de ganado bovino, equino o porcino y a veces de humanos, a los que ataca mientras duermen,  acercándose a ellos volando, arrastrándose por el suelo o saltando, para morderles en los hombros, espalda, glúteos, en las patas, así como en el cuello o en las orejas;  Son animales de tamaño variable, hay de 6 y los 9 centímetros y un peso de 25-40 gramos hasta gigantes, pelaje denso color gris, cara aplanada, orejas pequeñas y puntiagudas, hocico corto, con incisivos superiores anchos y filosos e inferiores pequeños, siendo los caninos largos, de punta aguda y borde posterior afilado, los nativos ashánincas dicen que en la saliva tiene dos sustancias, una es un potente anestésico que actúa al contacto con la piel del lugar donde van a morder y por eso no se siente el daño, y una vez hecha la herida actúa la segunda sustancia que es un anticoagulante que hace que la herida no deje de sangrar y “chupan” y lamen la sangre que brota de la pequeña herida lentamente, por eso se ha ensuciado su mosquitero y su hamaca” le dije.
“Y sobre la rabia” me preguntó muy ansiosa, “también es verdad” ya que se transmite a los humanos generalmente por mordedura de animales como perros, lobos y murciélagos, portadores habituales de la enfermedad y que en el folclore han sido relacionados con los vampiros. “Y que debo hacer” insistió, “primero debe dejar de preocuparse porque la probabilidad de que este “vampiro” le haya contagiado la rabia es muy baja debido a que hace mucho tiempo que no se presentan casos de rabia en esta zona” le aseguré, pues yo estaba encargado de los servicios periféricos de la subregión donde estábamos trabajando y ese dato era cierto, “sin embargo cuando llegue a lima vaya donde el instituto de medicina tropical para que le hagan una evaluación”, le recomendé.  
Y así fue que al terminar el día la sexagenaria italiana viajó a Lima de donde regresó al poco tiempo sin ningún problema de salud, esta historia me hizo recordar un incidente que tiene cierta similitud al relato anterior y que cada vez que lo recuerdo se me escalofría el cuerpo por el riesgo que tuve y que tienen muchos de los que trabajan en los rincones del Perú profundo, esta es la historia:
Estaba encargado de coordinar el trabajo de salud con las comunidades nativas que se encuentra en la margen del río Perené y me dirigí a una de ellas que se encontraba a la derecha de la carretera entre Pichanaki y Satipo, la movilidad me dejo en la entrada donde se inicia una trocha carrozable que nos lleva a la comunidad y por donde a veces ingresaban algunos camiones madereros, debía caminar aproximadamente una hora, pero antes debía pasar un río sacándome los zapatos y caminando por su cauce con el agua que me cubría hasta la cintura, por alguna razón nos habíamos demorado mucho y yo llegué a la comunidad aproximadamente a las cinco de la tarde, busque al “Jefe” de la comunidad y después al promotor de salud y en una de sus chozas conversamos sobre el trabajo y las coordinaciones de cómo iban las actividades de salud de la comunidad y las actividades realizadas con las otras áreas como agricultura muy relacionada a la salud por la necesidad de una buena alimentación, era el final del día y tenía mucha hambre, me ofrecieron de comer lo que buenamente tenían, un café y yuca frita y mientras conversábamos poco a poco iba oscureciendo hasta que cayó la noche, me preocupaba donde iba a dormir y cuando pregunté donde pasar la noche todos se miraron y nadie dijo donde hasta que al promotor se le ocurrió la brillante idea de que pase la noche en el puesto de salud, “que bien” me dije a mi mismo, allí debe haber una camilla por lo menos, así descansaré bien, pensé.     
Me despedí de todos y me dirigí con el promotor de salud hacia el local destinado para el puesto de salud que estaba un poco alejado del villorrio muy cerca de un campo de futbol, yo con cierta alegría seguía pensando en la comodidad de mi posada temporal hasta que llegamos, una vez en el lugar toda la alegría desapareció cuando al querer abrir la puerta del puesto esta estaba atascada, por lo que tuvo que hacer un gran esfuerzo para abrirla y cuando lo logró todo mi cuerpo se enfrió, la piel se puso como de gallina y sentí un escalofrío que me invadió de pies a cabeza cuando vi que por la puerta del pequeño local salían volando gran cantidad de “vampiros” (murciélagos) y al observar el interior de la habitación alumbrando con el mechero de kerosene que había llevado observé gran cantidad de estos animales colgando de toda la superficie del techo, el promotor de salud, antes que le pregunte nada, dijo: estos animales  no hacen nada así que aquí acomódese y de inmediato desapareció del lugar; al quedarme solo en un ambiente sucio y pestilente, lleno de cosas y sobre todo habitado por “vampiros”  trate de tener calma y busque la mejor forma de tener una cama, no había nada de material de salud ni siquiera una camilla, era un ambiente destinado a ser un puesto de salud pero lo habían convertido en un depósito, por los animales tuve que tener todo el tiempo el mechero muy cerca mío ya que por el humo que eliminaba al quemarse el combustible los alejaba de mi pero los alborotaba y revoloteaban sobre mi cabeza; encontré una mesa donde alcanzaba acostado pero doblando las rodillas y lo puse al centro de la habitación y con una manta que me habían proporcionado me envolví completamente el cuerpo con las rodillas dobladas sin sacarme la ropa y puse el mechero junto a mi cara para evitar que puedan acercarse a mi rostro. Así pasaron las horas una tras otra y cada una de ellas parecían eternas, escuchando todo el tiempo el aletear de los "vampiros" que volaban sobre mi cabeza y mi cuerpo siempre pendiente de que el mechero este muy cerca mío, hasta que el cansancio hizo que pueda dormir a muy altas horas de la noche despertando a cada momento, cuando ya había amanecido, la habitación estaba llena del humo que había eliminado el mechero que en ese momento ya estaba apagado y los “vampiros” habían desaparecido, busqué alguna herida en mis pies o en alguna otra parte del cuerpo y no me encontré ninguna herida y dando gracias a Dios por que no tenía nada malo, me levanté, arregle mis cosas y después de trabajar en la comunidad nativa las primeras horas de la mañana, salí presuroso pensando en no pasar otra noche y aprovechando en respirar el aire puro que la abundante vegetación de la selva peruana nos brinda inicié mi largo viaje de regreso.
Así fue como pase una noche en la casa de los “vampiros”  

12 de enero de 2013

EL VUELO DE LOS CONDORES



EL VUELO DE LOS CONDORES

Cuando vuelan varios juntos o en grupo van organizados, me dijo el campesino que nos servía de guía cuando viajamos atender a las comunidades andinas marginadas en la cordillera apurimeña, habían pasado volando rosando sobre nuestras cabezas nueve cóndores uno detrás de otro dejando aproximadamente diez segundos de intervalo cada uno y siguiendo todos la misma dirección. ”El primero que pasó y que le causó a usted tanta alegría”, es el líder me dijo, los demás lo siguen de cerca, seguro que hay algún animal muerto por esta zona y van a comer, cuando todos hayan llegado no se acercan al cadáver del animal hasta que el líder coma primero y come hasta que haya saciado su hambre; luego permite que todos coman hasta saciarse y luego parten nuevamente con rumbo desconocido hasta encontrar una nueva pieza para saciar su hambre carroñero y así seguir su ciclo de vida. 

Cuando viaje a trabajar en la sierra apurimeña uno de mis deseos y aspiraciones era presenciar en directo el vuelo de algún cóndor y si la madre naturaleza me lo permitía ver a poca distancia y en directo a un ejemplar vivo en su habitad natural y así fue que la pacha mama me premio en varias oportunidades, la primera vez fue para mí todo un acontecimiento pues pude observar a solo un bello y majestuoso animal en uno de mis viajes a las comunidades cuando cabalgando en las alturas por aquellos delgados caminos en las laderas de los cerros, cuando muy cerca pasó un hermoso cóndor  que sin agitar en ningún momento sus alas y balanceandose de un lado a otro se desplazaba cuan inmensa aeronave blanquinegra extendiendo sus largas y robustas alas que abrían por momentos las plumas de sus extremos semejando los dedos de la mano como diciendo adios a quien en ese momento lo observaba y así pasó por todo lo largo del cause del río hasta que se perdió en la distancia; en ese tiempo tenía en mis manos una vieja máquina fotográfica cargada con rollos para fotos en blanco y negro y yo ingenuo, pensando ser un artista de la fotografía tomé varias fotos al animal en pleno vuelo en los varios minutos que me permitió observarlo, la decepción fue cuando revelé las fotos ya que por ser en blanco y negro las imagenes de la exuberante flora andina enmascararon todas las demás figuras así que solo pude rescatar una en donde se podía ver con ayuda de una lupa la silueta del bello animal en pleno vuelo.

Ya estábamos almorzando en una humilde choza de las que abundan como vivienda de la población andina a lo largo de los andes, al detener por unos minutos las atenciones médicas de la mañana en otra de las muchas comunidades a la que visitamos, cuando un niño algo agitado y con alegría desbordante se acercó a nuestra mesa para avisarnos que en el árbol cercano a la casa se había posado un cóndor; salí presuroso y me fui acercando al único árbol que acompañaba la vivienda a unos pocos metros de donde nosotros estábamos almorzando y pude observar a la hermosa ave, estábamos a unos diez o doce metros del animal que queriendo descansar de su largo trajinar, la inmensa ave aleteaba tratando de acomodarse en el árbol que sin ser pequeño lo perecía por el gran tamaño del ejemplar que reposaba en sus ramas, nadie de los pobladores trataban de molestarlo ni siquiera los niños, lo observaban como yo para seguir el juego de mi curiosidad; para mí era como observar una divinidad por la majestuosidad de su tamaño, la impresionante envergadura que mostró en algún momento cuando al desplazar sus alas en el afán de acodarse pude calcular unos cuatro a cinco metros de un extremo al otro extremo de la punta de las alas, y por sus colores que siendo un ave con plumaje casi todo de color negro salvo algunas plumas especiales del centro de las alas y de su hermoso cuello que son blancas como el color como la nieve de las cordilleras, mostraban la elegancia y la nobleza que tiene el cóndor andino y que muchos no conocemos.

Muchos momentos deliciosos acompañaron mis viajes en la sierra apurimeña que me gustaría compartir con todos, sin embargo a veces se me hace muy difícil describir tanta belleza, las palabras no alcanzan detallar los encantos que Dios nos dejó para observarlos y sobre todo para que nosotros los seres humanos lo disfrutemos, siempre recuerdo el viaje que hicimos para hacer atención médica  en la comunidad de “Antilla” cuando una familia no pidió de manera especial ir a atender a una señora muy enferma, “aquisito no mas”, unos cerritos más adentro, aceptamos ir y así me designaron a mí; después de un día de largo viaje en caballo llegamos al lugar y al día siguiente, después de atender a la señora, por la tarde regresábamos lentamente y por ser muy larga la distancia nos dio la noche, era luna llena y durante las largas horas de viaje nocturno sobre las alturas de la cordillera, observamos que se dibujaba en el horizonte, cual cuadro de Miguel Ángel,  varios nevados unos detrás del otro que imponentes cada uno parecían querer sobresalir entre los picos que formaban una hilera que abarcaba todo lo que nuestra vista podía ver en la distancia y con la luz de la luna llena pintaban de plata la nieve de sus cimas haciendo contraste cual diamantes colgantes de un collar en el cuello azul oscuro de la noche y que le daban al momento un sabor celestial, eran la cadena de nevados del gran Salcantay.  Así, haber visto este paisaje y también haber visto al cóndor en pleno vuelo y haberlo tenido casi en mis manos tubo para mí un sabor muy muy especial que quisiera que todos la tuvieran para que podamos amar más a nuestro hermoso país.