2 de octubre de 2011

EL DETALLE QUE FALTABA

EL DETALLE QUE FALTABA

Trabajaba en el Departamento de Apurímac entre los años 1979 y 1983 en una organización no gubernamental perteneciente a la más alta dirigencia religiosa del lugar que guiaba por el buen camino a los feligreses apurimeños, junto con otros médicos cuidábamos la salud de los grupos marginados y desposeídos del Departamento además de cuidar la salud de los mismos religiosos para que puedan cumplir a con total responsabilidad su labor pastoral. En esos cinco años conocí a muchos religiosos que fieles a su línea pastoral conservadora mantenían el uso de la larga sotana negra que solía arrastrarse por el suelo por lo que casi siempre se los veía con el borde inferior extremo de la sotana de color amarillento por la tierra urbana de la ciudad de Abancay.

Como hace ya veintisiete años de mi alejamiento de Abancay, no tengo la seguridad que este grupo religioso mantenga funcionando en la ciudad las dos escuelas para formación de los futuros religiosos al que le llamaban escuela menor la que era una de educación secundaria donde enseñaban los mismos religiosos y otra escuela mayor a donde asistían los alumnos que ya habían decidido ser religiosos y se preparaban para serlo; por este motivo a todos los religiosos se les había encargado la búsqueda de vocaciones y casi siempre que se encontraban con un posible candidato se pasaban largas horas tratando de convencerlo informándole sobre las bondades de la vida religiosa, su entrega al servicio de Dios y la salvación de las almas.

En cierta oportunidad llegó a la ciudad un sacerdote ya bastante mayor, mucho más radical en hacer cumplir los principios conservadores de su rama religiosa y muy decidido a moralizar la ciudad que por su tradición y geografía ya era por demás muy conservadora, era de “armas tomar” como se dice y no tenía reparos en usar su bastón para lograr lo que se proponía; en cierta oportunidad proyectaban en el único cine de la ciudad una película romántica que utilizaba en sus afiches propagandísticos la imagen de los protagonistas en un apasionado beso; este sacerdote que deambulaba la ciudad buscando que y como moralizar la ciudad, se encargo de romper con su bastón todos los afiches de propaganda pegados en las paredes de la ciudad.

Como era español parecía que se sentía con la responsabilidad de continuar la conquista de Pizarro y solía tener algunos disgustos con los pobladores porque se negaba a cumplir con su labor sacerdotal cuando consideraba que el feligrés era un pecador, así por ejemplo en una oportunidad se negó a darle el perdón de la confesión y los santos oleos en la cama del hospital a una viuda muy enferma que le pidió ayuda al religioso para sobrellevar su enfermedad, y es que su pecado fue que su viudez se le presentó después de largos años de convivencia sin haberse casado nunca por la iglesia.

Un día enviaron al religioso a realizar su labor pastoral a un pueblo a varias horas de la capital, parte del viaje lo tuvo que realizar en ómnibus y luego un largo trecho montado en un burro siempre acompañado de un guía proveniente del lugar, un joven de aproximadamente dieciocho años que acompaño al religioso por cuatro largas horas hasta llegar a su destino; en ese tiempo conversaron mucho sobre las costumbres del pueblo y sobre todo los gustos y aficiones del joven guía. Las celebraciones religiosas del pueblo duraron dos días y en ese tiempo el religioso mantuvo constantemente su oración que intercalaba con las ceremonias conmemorativas de la festividad del pueblo.

Finalizó todo y el anciano sacerdote debía regresar a la ciudad de Abancay y del mismo modo en que llegó tuvo que regresar, montado en el mismo burro en que viajo de ida y con el mismo guía que lo había llevado, el religioso observó por mucho rato al joven y pensó que como había demostrado mucha fe en las celebraciones que había realizado en el pueblo este sería un buen candidato para seguir la carrera religiosa.

Durante la larga travesía de regreso fue hablándole de lo hermoso que es ser un religioso de vocación, repetidamente fue hablándole sobre Dios y su infinita misericordia y de su bondad ilimitada, persistió hasta el cansancio sobre lo hermoso que es para un ser humano dar la vida por los demás ofreciendo ese servicio de Dios y a todos los seres humanos como lo hizo el mismísimo Dios, hablo del bien y del mal y finalmente después de las cuatro horas que duró el viaje de regreso le hizo resaltar sobre lo que había hablado que la preparación religiosa no le costaría nada porque tendría una importante beca de estudios otorgado por la congregación a la que él pertenece para que logre finalmente ser un buen religioso estudiando en la ciudad; el joven que al inicio se sentía un poco fastidiado por la insistencia del religioso en que estudie para ser como él, pero poco a poco fue cambiando de parecer y pensando y pensando le dio a su conciencia la posibilidad de ser religioso como le había planteado por varias horas en religioso; hasta que después recorrer los varios kilómetros del camino de herradura mientras hacían el regreso durante las cuatro horas, escuchando constantemente hablar de Dios y sus bondades así como la gran posibilidad de ir al cielo y salvar su alma, fue finalmente convencido por el religioso para que ingrese a la escuela para que estudie para religioso; muy contento el anciano religioso por su conquista, exteriorizaba dando alabanzas a Dios su extrema alegría por el resultado positivo de su viaje, y, antes de abordar el vehículo que lo llevaría finalmente a la ciudad, al momento de despedirse del joven guía, el religioso le preguntó que cuando se acercaría a la escuela a iniciar sus estudios, a lo que el joven pensando por un buen largo rato le contestó:

Padrecito, usted dice cosas lindas y me ha convencido, pero antes tengo que avisar a mi familia sobre todo tengo que avisarles a mi mujercita y a mis dos hijitos.

18 de septiembre de 2011

LA CALUMNIA


LA CALUMNIA EN LA INSTITUCIONES PUBLICAS
Las instituciones públicas del Perú reflejan la situación política y económica del país a la que la prensa nacional e internacional halaga por tener una de las economías de mayor crecimiento entre los países del tercer mundo, sin embargo aun mantenemos altos índices de malnutrición, pobreza y sobre todo somos unos de los países con mas corrupción en el mundo; este bajo nivel de formación profesional entre los trabajadores hacen que las instituciones trabajen sin un horizonte común, sin una cultura institucional que los agrupe ni una razón que los motive tener “amor a la camiseta” donde todos pongan el hombro para levantar el nivel de la calidad del trabajo en su centro laboral.
La conducta humana de las persona es el reflejo de la formación obtenida en su entorno familiar y escolar, si el Perú aún tiene una significativa población analfabeta y mayormente rural con bajo nivel de escolaridad y con alto índice de personas que viven en familias destruidas por abandono social es que en las instituciones públicas se refleja la misma forma de vida, la misma conducta que es llevada para continuar la vida “familiar” en nuestro centro de trabajo donde la mayoría solo busca el beneficio personal sacándole el máximo provecho a la institución metida en una coyuntura de crisis de valores atropellando a todos sin importarle a quien dañe, echando mano a la mentira, la calumnia, el chisme barato y la desacreditación.
El sector salud no deja de ser la excepción, en nuestro departamento cada vez que se producía el cambio de las autoridades pertenecientes a diferentes partidos creaba mucha expectativa sobre todos en quienes deseamos que se mejore la salud de la población cajamarquina, sin embargo nos hemos llevado varios desengaños cuando periodo tras periodo pasan autoridades casi siempre inexpertas rodeadas de gente improvisada que por ser del partido reciben las prebendas de una cargo público del casi siempre no saben nada y que aceptan soplo solo por buscar su beneficio personal, la esperanza de tener instituciones públicas diferentes con los mejores recursos y trabajadores con más cultura institucional que trabajen en bien de los demás se fue perdiendo poco a poco pues así los problemas se han agudizado y los oportunistas han tomado el control de las instituciones y la corrupción se ha institucionalizado, el acomodo son el modus operandi en casi todas las instancias de autoridades y la gran mayoría de los trabajadores.
Cuando una institución como el sector salud se hace cada vez más corrupta, a la gente honesta le cuesta trabajar en ese clima de desorden y de improvisación, le hace difícil estar conviviendo con los corruptos y con los irresponsables y sólo queda rogar que la conciencia aguante. Las personas que quieren mantenerse en los cargos públicos venden su alma al dinero que es la mejor forma de recibir el apoyo de todos apoyados por los sicosociales institucionales que de manera sistemática sueltan calumnias para así defenderse de los llamados enemigos o como algún director decía de los “terroristas blancos” que son los que no tienen la opinión del dictador. Calumnia, calumnia que algo queda dicen los necios y al respecto un autor escribe sobre el tema lo siguiente: Calumnia quien puede y quiere, siempre queda algo de una acusación falsa por más que se quiera componer lo que se ha querido dañar. Dicen que la receta de la calumnia contiene estos ingredientes: falsedad, malicia, dolo y una pizca de deshonra.
El calumniador tiene una lengua tan rápida como el pensamiento; sus movimientos “calculados espontáneamente”, van acompañados de comentarios llenos de veneno que hacen circular sin escrúpulos. No se le puede tener miedo a la calumnia, sin embargo, hay que cuidarse de no abrumarse por ella, estando consciente de que, el que la causa debe ser considerado un insolvente que nunca podrá repararla, porque se dice, que la calumnia es hija de la ignorancia y hermana gemela de la envidia. Todas estamos expuestos a caer en las redes de la calumnia aunque lleve una vida incuestionable, porque siempre hay un detractor que no pierde oportunidad para descargar sus frustraciones en alguien que no las tiene.
El calumniador como el malhechor no desaprovecha oportunidad para asaltar la honra del calumniado. Por esto también hay que cuidarse de escuchar palabras preñadas de maledicencia, porque nunca se sabe la intención con que se propalan éstas. La calumnia se presenta como una brisa tenue, sutil, dulcemente expuesta que no deja espacio para la duda. La mejor arma contra la calumnia no es la irritación, porque le allana el camino; más que justificarse ante una calumnia porque los amigos no lo necesitan y los enemigos no te creerán, lo aconsejable para derrotarla es callar.
Duele la calumnia porque lacera el alma y la palabra hiere más que la espada, no obstante, es preferible seguir estando en paz consigo mismo, recordando aquel pensamiento de Rousseau, de que las injurias son las razones de los que no tienen razón. Nadie puede arrebatar la paz de la que se disfruta, ni siquiera el calumniador, es un don de Dios.
Encontré por allí algo que me gustó y lo comparto con quien lee estos escritos, dice que quien te lastima te hace fuerte, quien te critica te hace importante, quien te envidia te hace valioso y a veces es divertido saber que aquellos que te desean lo peor tienen que soportar que te ocurra lo mejor.
Los que conviven con nosotros en el trabajo no aceptan que nuestra bandera sea luchar por la equidad y el trabajo justo con vocación de servicio y sin interés del dinero de por medio; ellos no lo aceptan y son los que persisten en dañar nuestra persona difundiendo rumores que dañan nuestra imagen escondiéndose en el anonimato. A veces hay que soportar periódicamente el acecho de quienes desean derrumbar los largos años impecables sin dolo y miedo y seguir en el trabajo manteniendo la misma línea de conducta y sobre todo buscando siempre mantener el alma tranquila ante la injuria y la calumnia, tranquila ante la adversidad y el acecho de quienes quisieran vernos en el suelo, a veces evidencias que hay basura humana que ofrecen regalar una botella de wisky a quien hiciera daño, pero el tiempo te enseña que por más que quieran volar a las estrellas, las ratas tendrán que contentarse con seguir arrastrándose en el suelo buscando mantenerse por siempre en el mismo agujero porque no saben quehacer fuera de él.
Solo Dios habrá de juzgarnos y sabrá perdonar nuestros errores.

13 de septiembre de 2011

LA VIDA ES DULCE


LA VIDA ES DULCE
Es domingo, día de descanso, día de olvidar la responsabilidad del trabajo, día del regocijo, día de la alegría y la unión; toda la familia había salido a disfrutar de un almuerzo en un restaurante campestre en las afueras del pueblo de Llacanora a unos diez kilómetros de la ciudad de Cajamarca, muy alegres degustamos de un rico caldo verde con quesillo, unas cecinas shilpidas y unos cuyes fritos con su “arroz de trigo” asentados con un “sol y sombra” bebida conformada por cerveza negra combinada con inca cola las que se van sirviendo primero la gaseosa y luego la cerveza haciendo que se forme los dos niveles de colores de las bebidas con el amarillo abajo y el negro arriba muy agradable a la vista y al paladar más exigente.
Después de saciar el apetito finalizando el almuerzo seguimos conversamos un rato haciendo la sobremesa, luego vamos a pasear por el campo, al aire libre visitando la laguna de sulluscocha, recorriendo los “zoolitos” de los sapitos, respirando aire puro y contemplando el vuelo de los patos y el hermoso paisaje cajamarquino que lo forma el horizonte de la cordillera azul con el verdor de los eucaliptos tan agradable a los ojos del que sabe contemplar la naturaleza de manera particular; al terminar la tarde poco a poco decidimos regresar no sin antes pasar por el balneario de los Baños del Inca primera maravilla del Perú, donde se hace obligatorio degustar un postre en la dulcería más concurrida del balneario; allí estacionamos los vehículos y bajamos todos a pedir el manjar que más nos agrada a cada uno de nosotros.
Había mucha gente en la dulcería y nos cruzamos con mucha gente conocida y desconocida que hacía difícil pedir el postre deseado, nos costó encontrar un espacio para sentarnos hasta que llegamos a ubicarnos en una mesa donde degustamos alfajores, pastel de manzana, mazamorra morada, helados y cuanto postre había en las vitrinas hasta saciarnos tanto que llegamos a empalagarnos; ya casi para retirarnos levanté mi mirada y en otra mesa entre las muchas que había me llamó la atención una familia que se estaba acomodando lentamente para pedir el dulce preferido, mi memoria trabajó rápidamente para buscar en mi archivo mental quienes eran aquellas personas conocidas que me llamaron tanto la atención; eran cinco personas que conformaban la familia, la madre tres hijos y un nieto de la mayor; pidieron los postres más dulces de la tienda y así como nosotros disfrutaron de todos los manjares y néctares hasta repitiendo sus pedidos una y otra vez. En un momento de la velada mi mirada se encontró con la de todos ellos, la madre y los hijos no supieron qué hacer para parecer no ser vistos por mi persona, parecían que habían visto al demonio y manifestaron una gran intranquilidad que se hacía notar tanto que llamó la atención a toda mi familia quienes me preguntaron que estaba pasando; para ellos fue un momento de bochorno colectivo a sentirse “ampayados” por mi persona en la dulcería y casi sin terminar los dulces, las cinco personas fueron saliendo lentamente una tras otra para pasar inadvertidos frente a nosotros.
A la madre del grupo, una señora muy mayor y de muy buenos sentimientos se le veía mas preocupada, parece que le remordía la conciencia con el encuentro y al verme no supo qué hacer y muy mortificada mientras estuvo por salir de la dulcería decidió esperar hasta cuando nosotros también nos estábamos retirando para enviar un pequeño paquete para ser entregado a mi persona por un mensajero, paquete que contenía una docena de alfajores de manjar blanco como regalo y en ella una nota que decía: La vida es dulce.
Que tenía de particular aquella familia que estaba en la dulcería tan preocupada por haberme visto:
Es que soy médico y mi especialidad es la endocrinología y a todos los miembros de esa familia yo los atiendo para controlar su DIABETES.


24 de agosto de 2011

EL MAL HIJO

EL MAL HIJO

Mis primeros años de vida escolar lo realicé en la escuela fiscal número 1,051 de la calle Pisagua número 560 siendo directora la señorita Delia, allí estudié transición A, transición B, primer y segundo año de primaria, no había mas así que tuve que pasar a la escuela de aplicación de la normal de varones de Cajamarca para hacer el tercer año y donde terminé los estudios primarios, tenía once años cuando pasé a cursar el primer año de secundaria en la gran Unidad Escolar San Ramón de Cajamarca, la política educativa de ese entonces quiso experimentar una educación selectiva y a mi entender bastante discriminatoria para el alumnado ya que ubicaron a los alumnos de acuerdo a las calificaciones que habíamos obtenido en la primaria así los de mas alta calificación estuvieron en el salón “A” y los de calificaciones bajas en el último salón designado con la letra “F” experimento que duro el primer y segundo año; al tercero nos ubicaron por orden de talla y lamentablemente pasé del primero al último salón de clases.

Dentro de la gran cantidad de compañeros que tuve, la mayoría provenía de los distritos y provincias del Departamento; y uno de ellos provenía de estudiar en la escuela 91 que en ese entonces tenía muy buen prestigio en Cajamarca por la calidad de sus profesores y la buena enseñanza que impartía. Este compañero nació en el asiento minero de Paredones muy cerca de la ciudad de Chilete que junto a sus hermanos viajaron a la ciudad para educarse. Compartimos los años de estudios hasta el tercer año y por motivos ajenos a su voluntad tuvo que terminar su secundaria en el Colegio Rázuri de Pacasmayo, a pesar de ello siempre se consideró “San Ramonino”.

El espíritu de superación lo llevó a viajar a la ciudad de Lima en donde transcurrió el primer año de su llegada trabajando para solventar sus gastos con miras a ingresar a la universidad al año siguiente y fue así que después de doce meses logró su objetivo de entrar a la Universidad Mayor de San Marcos al programa de “Estudios Generales” con miras a estudiar una carrera de ingeniería. Pasaron dos años cuando se le presentó la oportunidad de viajar a la desaparecida República de Checoslovaquia al haberse ganado una beca, era el año de 1971 cuando abandonó el país para estudiar ingeniería mecánica agrícola debiendo el primer año estudiar el idioma para luego entrar de lleno a desarrollar su carrera; pero sucedió un imprevisto muy desagradable; el año 1976 sufre un accidente de tránsito donde salva la vida de milagro sufriendo mucho daño en el cráneo, desfigurándose la cara y perdiendo la visión de un ojo; hecho que lo hizo perder dos años de estudios de su carrera hasta que el año 1978 terminó satisfactoriamente sus estudios y regresó a trabajar a su país el Perú.

Pasaron muchos años y transcurría el año 1993, pasaba el primer semestre y se acercaba el 30 de agosto día de la celebración de la fundación del glorioso Colegio San Ramón, nosotros que terminamos la secundaria el año 1968 cumplíamos 25 años de egresados, eran nuestras Bodas de Plata de nuestra promoción Manuel Gonzáles Prada, nos reunimos un numeroso grupo de ex compañeros durante los cinco días que duró la celebración. Así en el almuerzo de confraternidad cada uno de nosotros contaba la historia de su vida, lo que había hecho en el transcurso de esos 25 años, escuchamos historias muy variadas algunas de significativo éxito y otras no tanto, pero a todos los asistentes llamaba la atención el rostro cambiado por las cicatrices de nuestro amigo que viajó a Checoslovaquia. Haciendo una concesión especial le pidieron que cuente como fue que sufrió la desgracia porque verdaderamente era muy notorio el daño que había sufrido en la cara ya que al perder la vista de un ojo y las cicatrices que marcan su rostro le dan un sembalnte bastante particular y que para algunos les parecía que tenía fea mirada. Contó con lujo de detalles como sucedió el desgraciado accidente y todos en la reunión nos pusimos un poco melancólicos y guardamos discreto silencio hasta que repentinamente con una voz fría y en tono de llamada de atención, un compañero le dijo al accidentado:

Así que tú eres un mal hijo, un mal agradecido.

El accidentado amigo le dirigió su incomoda mirada y muy enojado por semejante aseveración, en tono de reclamo le dijo:

Porque dices semejante barbaridad.

A lo que el compañero le contestó:

Porque tu madre te ha parido, te ha criado, te ha educado, te ha hecho profesional y hasta te ayudó a estudiar en el extranjero, y al regresar a su lado

LA MIRAS MAL.

22 de agosto de 2011

UNA LECCION DE ECONOMIA

UNA LECCION DE ECONOMIA

A fines del año 1983 después de laborar cuatro años en el control y tratamiento de los enfermos de lepra del departamento de Apurimac, renuncié a trabajar en el Centro Médico S.T. de la ciudad de Abancay, ONG que dependía de la diócesis de esa región, considerados por los observadores como el ala conservadora de la iglesia católica; yo regresé a Lima donde estuve los primeros meses del año 1984, buscando trabajo y viendo que podía hacer en ese momento por mi futuro incierto, recuerdo que postulé a la residencia de dermatología de la Universidad Nacional de San Marcos pero no ingresé, luego pedí permiso al Dr. Chessman jefe del servicio de la sala “Julián Arce” del hospital Dos de Mayo para pasar visita con él y sus médicos asistentes y me aceptó muy gustoso; así estuve por unos meses aprendiendo del maestro y conociendo las novedades que se estaban incorporando a los planes diagnósticos de la medicina moderna, fue allí donde escuche por primera vez pedir una ecografía para descartar una litiasis vesicular y otras novedades mas; pasaron varios meses hasta que recibí una llamada de un amigo para trabajar en selva central, específicamente en Chanchamayo en una ONG ligada al grupo progresista de la Iglesia católica, que se dedicaba a capacitar a los pobladores de las comunidades nativas ashanincas asentadas a las orillas del río Chanchamayo desde la Merced hasta Satipo, especialmente líderes comunales en cuatro áreas específicas, a saber: promotores de salud, promotores agrícolas, promotoras del desarrollo de la mujer y dirigentes o líderes comunales.

El equipo de trabajo lo integrábamos médicos, ingenieros agrónomos, asistentas sociales, sociólogos y antropólogos además de un pequeño grupo de personal administrativo y de servicios dirigidos por el más capacitados de todos en asuntos sociales; el grupo llegó a tener alrededor de catorce personas en convivencia ya que todos vivíamos en una residencia construida en la parte mas alta de la ciudad de la Merced, totalmente de madera al estilo de las residencias de campo de la selva amazónica.

En cierta oportunidad se incorporó al equipo un economista al que le llamaremos Pedro Cordero, quien fue asignado al área de capacitación de dirigentes pues el proyecto quería que los líderes de las comunidades nativas donde estábamos trabajando pudieran desarrollar pequeños proyectos de inversión que les permita obtener ingresos para la comunidad y así poder solventar algunos gastos en solucionar necesidades básicas como instalación de agua potable, letrinización o mejora de sus viviendas.

Pedro Cordero, como buen economista enriqueció con idean nuevas el trabajo de capacitación de dirigentes, y como buen profesional planteo múltiples proyectos de inversión para las comunidades nativas, pero se encontró con un serio problema, el como hacer entender a los pobladores sobre la implementación de un proyecto de inversión que los beneficie, pues la mayoría era analfabeta, muy pocos sabían leer y algunos ni siquiera hablaban castellano pues todos se comunicaban por su lengua nativa, el ashaninca, y esto limitaría el proceso de capacitación de la población.

Pero Pedro no se dio por vencido, dedicó mucho tiempo en cada comunidad y se hizo amigo de todos los dirigentes, quería que todos entendieran el beneficio que podrían tener si cada comunidad tuviera una pequeña empresa que les pueda dar recursos económicos para su comunidad. Después de trabajar unos meses, capacitando a los líderes y dirigentes, en conocimientos básicos de economía; el equipo tenía que concretizar la capacitación con la implementación de un proyecto de inversión en cada comunidad, hasta que llegó el momento de la verdad, deberíamos tener la aceptación de todos los pobladores de cada lugar para la implementación de un proyecto de inversión, y así demostrar que los meses que se habían utilizado para capacitarlos no había sido en vano, para ello teníamos que asistir a las asambleas a explicarles a todos los comuneros sobre como se debía de implementar el proyecto de inversión local según las fortalezas y habilidades de cada uno y las riquezas naturales que la comunidad tenía pues había comunidades que tenían tierras favorables para invertir en un sembrío de café o cacao, otras en la explotación de madera o la industria de muebles, etc. etc.

Pedro cordero estaba convencido que su trabajo había calado hondo en cada poblador y confiaba en su habilidad, su gran facilidad de palabra y su poder de convencimiento; ya en la asamblea plenaria donde asistieron todos los miembros de la comunidad, se inició la charla final de la capacitación sobre los conceptos de la economía básica, se habló repetidamente sobre costos de producción, rentabilidad, ganancia, inversión y muchos otros conceptos que su charla demoró mas de dos horas y mientras mas hablaba, mas estaba convencido que la comunidad había entendido lo bueno que significaba la realización de un proyecto de inversión en la comunidad; como toda la gente de la ONG había asistido para obtener el consentimiento de todos para la implementación del proyecto de inversión, quiso demostrar que todos y cada uno de ellos habían comprendido y aprendido los conceptos que el había expuesto, por lo que decidió demostrarlo con un ejemplo final, y dijo:

Señores comuneros, quiero ponerles un ejemplo de los beneficios de una buena inversión, para eso utilizaré a mi persona; yo Pedro cordero compro un terreno, y de inmediato preguntó, ¿De quien es el terreno? Todos contestaron de Pedro cordero; muy bien, dijo y continuó, yo pedro cordero decido sembrar café, y volvió a preguntar, ¿De quien es el café? Y todos respondieron de Pedro cordero; muy bien muy bien volvió a repetir; y continuó diciendo, Yo Pedro cordero preparo el terreno, calculo mis gastos para la semilla y espero el tiempo de crecimiento de las plantas hasta la cosecha, luego preparo el producto y finalmente lo vendo, así tengo una significativa ganancia, y volvió a preguntar con mas vehemencia, ¿De quien es la ganancia? Y toda la comunidad respondió en coro: De pedro cordero. Que bueno dijo, me han entendido bien, y prosiguió.

Ahora, ustedes señores pobladores de esta comunidad que tienen sus tierras que hasta ahora no están utilizadas, se ponen de acuerdo con sus dirigentes y preparan el terreno, calculan el gasto para la semilla, esperan que crezcan las plantas, luego cosechan y preparan el producto para finalmente venderlo y así obtienen una significativa ganancia; y les preguntó casi eufórico a todos:

¿Para quien es la ganancia?esperando la respuesta correcta.

Y toda la comunidad responde en coro nuevamente.

PARA PEDRO CORDERO.

“Pedro Cordero” sufrió la frustracion de su vida y al poco tiempo renunció a la ONG y viajó a los Estados Unidos.

17 de agosto de 2011

UN MEDICO DE GRAN APETITO

UN MEDICO DE GRAN APETITO

Trabajo en un hospital y comparto mi labor con varios médicos con distintos tipos de personalidad, de lo que hablaré en otra oportunidad, pero esta vez se trata de un compañero de trabajo de carácter muy bonachón, sobrio y de buen criterio al opinar, de hablar pausado, muy ético en su actuar y con una recta formación digna de un buen profesional. Su vida personal era muy discreta y no le gusta asumir cargos en la institución.

Cuando llegó a trabajar aún estaba soltero, vivía solo muy cerca de la institución y como es obvio tenía que diariamente buscar donde tenía que ingerir sus alimentos por lo que muchas veces se lo veía en el comedor del hospital, con el tiempo se casó pero su vida parecía no haber cambiado y eso llamó la atención y de alguna manera preocupó a sus compañeros mas cercanos a él en el trabajo, después de algunos meses de casado un colega muy amigo de él le preguntó, ¿como el matrimonio había cambiado su vida?, y él respondió: “Bueno, hoy tengo quien me cocine”.

Así es él, y como muchos de nosotros, de muy buen gusto para la comida, su significativa talla le daba una esbelta figura en aquellos primeros años en que ingresó a la institución trabajaba con nosotros; y que con el pasar del tiempo, fue poco a poco cambiando su aspecto para ser hoy mas corpulento, por el aumento significativo de su volumen corporal, especialmente del diámetro de su cintura por el progresivo incremento de peso y hoy pintando canas va lentamente pronunciándose mas y mas “la curva de la felicidad”, su abdomen.

De las conversaciones que se desarrollaban en los ratos de ocio, mientras se miraba un programa de televisión o se tomaba un café salió la historia que el mencionado médico comía muy bien y a gran volumen tanto que hasta decían que cuando iba a una pollería pedía para él un pollo a la braza entero con papas fritas, ensalada y todo; dicho rumor se diseminó por todo el hospital y fue tema de conversación para la mayoría de trabajadores que admirados por el gran apetito que tenía este colega no podían creer que eso podía ser cierto.

La historia fue relatándose muchas veces en múltiples oportunidades, sobre todo a los que por primera vez se acercaban al hospital, y era para todos motivo de admiración e incredulidad; fue así que en cierta oportunidad en que un grupo nuevo de internos de medicina estaban conversando con este médico protagonista de tan admirable proeza fagocitaria, y se pusieron a murmurar entre ellos, quien le pregunta sobre el mencionado hecho para confirmar o desmentir el rumor que todos comentaban; fue así que uno de ellos tomó la iniciativa y le pregunto:

Doctor, es cierto que usted solo se como un pollo a la braza.

A lo que el contestó:

SOLO NO, TIENE QUE SER CON PAPAS.

15 de agosto de 2011

UN HOMENAJE AL ABUELO

UN HOMENAJE AL ABUELO

“La Florida”, un pequeño lugar paradisíaco junto al río san Lucas al final de una de las calles más importantes de Cajamarca, fue el hogar de quien al alguna época del siglo pasado mantuvo este hermoso lugar como un pequeño paraíso, lleno de jardines de donde se extraían una diversidad de flores que servían para satisfacer las necesidades de algunas familias cajamarquinas que visitaba el lugar para solicitar algún adorno floral para homenajear a una quinceañera, adornar la iglesia para un matrimonio o un presente floral para algún difunto; el lugar no era muy grande pero permitía que junto a las flores hubieran plantas de frutales como manzanos, peras, perillas, higos, capulís, poro poros, naranjas y hasta uvas así como árboles no frutales como eucaliptos, cipreses y sauces, aparte que una vez al año se sembraba maíz, frijoles y papas según la estación, y en alguna época tuvieron varios cajones de panales de abeja. Hoy la huerta es sólo historia, ya de ello sólo queda el recuerdo, un inmenso terreno baldío lleno gras y kikuyu y un tronco muy alto de ciprés que ubicado solitario en el centro de lo que fue alguna vez ese hermoso huerto de “La Florida”.

Allí vivieron mis abuelos, y desde que yo tengo uso de razón ambos se dedicaban a mantener la huerta en muy buenas condiciones, mas por la dedicación de mi abuela quien a pesar de sufrir de hipertensión arterial y artrosis deformante siempre la encontrábamos con su pico y su pala en el jardín hasta los últimos días de su vida. El abuelo en cambio siempre estaba leyendo sus periódicos que los conseguía por “arrobas”, y en ocasiones, y con mucha frecuencia se dedicaba a rendirle homenaje al dios baco que lo hacía una sola vez al año, iniciaba en enero y terminaba en diciembre; a pesar de ello nunca dejo de comer bien, siempre se las ingeniaba para darse un espacio y tomar sus sagrados alimentos puntualmente, por lo que tuvo una vida casi centenaria.

Los ancianos como él tienen en sus últimos años cambios significativos en sus sistemas mas importantes, y el mas llamativo es el que sufre el sistema nervioso, generalmente tiene memoria retrograda que quiere decir que suelen olvidar las cosas inmediatas pero recuerdan las cosas pasadas de su niñez, juventud o adultez, y a mi abuelo le pasaba con frecuencia estos episodios neurosiquiatricos, recuerdo que alguna vez en una crisis se acercó a mi casa a cobrar, de manera muy agresiva, unos “alquileres de casa” que los había realizado hacía muchos años atrás cuando él era dueño de la propiedad, y estas crisis también cursaban con episodios de gran depresión, así fue que en cierta oportunidad mi padre le pudo arrebatar de las manos una pequeña bolsa de una sustancia blanca que había comprado en la farmacia y que resulto ser “estricnina”, y lo había comprado, porque había decidido acabar con su vida.

El era muy solitario cuando estaba sobrio y paseaba frecuentemente por toda la casa, después de devorarse con la lectura cientos de periódicos, casi todos pasados de fecha, paseaba de arriba hacia abajo recorriendo los cerca de cien metros que tiene el largo camino de ingreso a la famosa huerta “La Florida” desde la calle hasta el final de la casa, haciendo siempre un alto en medio recorrido para sentarse en una piedra muy grande apostada en el camino y que servía de banca, la que en alguna época fue usada como batan para moler granos o otros implementos culinarios.

En cierta oportunidad el abuelo estaba en el camino, meditabundo, pensativo y muy deprimido, como lo había dicho muchas veces, él ya no quería seguir viviendo, decía que la vejez era muy triste y que Dios a él lo había olvidado porque ya era tiempo de que lo recoga y no lo hacía; palabras que muchos de nosotros sus nietos lo escuchábamos cuando conversábamos con él, pero casi siempre era para nosotros una frase jocosa mas, de un viejo simpático que a veces llevaba las cosas a la broma.

En cierta oportunidad se encontró con mi hermano menor, quien a pesar de ser todavía muy joven estaba algo delgado y ya mostraba algunas canas en descuidada cabellera, saludó al abuelo a quien le dio el encuentro en medio del camino cuando estaba realizando una de sus frecuentes caminatas diarias por el largo sendero de ingreso a la casa-huerta; se pusieron a conversar y como siempre el tema repetitivo del anciano dominó la conversación manifestando su aburrimiento por seguir viviendo, su gran deseo de morir y el relato triste de sufrir continuamente por ser viejo y casi siempre olvidado; mi hermano por tratar de animarlo le decía que no se sienta triste, que piense en la familia y en las cosas buenas de la vida. Pero él insistió en describir su triste situación y le dijo, “tú no sabes lo que es estar viejo, solo y olvidado”, siguió diciendo “cuando llegues a tener mi edad, y te repito, cuando llegues a mi edad y seas viejo como yo lo entenderás”.

Luego lo miró fijamente desde la cabeza a los pies y pensando un momento, le dijo:

¡SI LLEGARAS!

11 de agosto de 2011

CUIDADO CON LO QUE DICES ( Las frases en doble sentido)

CUIDADO CON LO QUE DICES ( Las frases en doble sentido)

El español es un idioma que el Perú lo ha oficializado como nacional desde que un grupo de analfabetos llegaron a saquear nuestro país hace muchos años, sin embargo a veces le decimos idioma español y a veces idioma castellano porque como todos sabemos nació en Castilla un hermoso lugar al centro de España.

Dicen que en los países que han adoptado el español como su idioma, el que mejor lo habla es Colombia y creo que el Perú está en segundo o tercer lugar; nuestro idioma ha cambiado mucho en su escritura y su semántica desde el siglo XVI en que lo adoptamos después de que fuimos conquistados por los españoles extendiéndose por todos los países en América latina; su riqueza hace del español un idioma a veces fácil y a veces difícil de hablar, porque en nuestro idioma las cosas o los conceptos se pueden definir con solo una palabra que lo describe muy bien, pero a veces las cosas o los conceptos se describen con palabras polisémicas, o sea que tienen varios significados.

La palabra polisémica viene del griego “polys” que significa numeroso y mucho, y “sema” que significa signo o significado.

Así como hay palabras con varios significados también hay expresiones o frases con varios significados a las que les llamamos frases con doble sentido o doble significado; a esto en el idioma castellano o español se llama anfibología que viene del griego “amphibolía” que significa ambigüedad, que no viene a ser sino una figura retórica, muy utilizada por escritores y comediantes y que consiste en utilizar palabras polisémicas para conseguir expresiones de sentido ambiguo o de doble sentido.

La anécdota que voy a describir se trata de un hecho de la vida diaria que refleja la anfibología, y le sucedió hace varios años a una prima mía de carácter muy particular por su ingenua espontaneidad al hablar casi siempre sin percatarse de lo está diciendo sobre todo cuando le habla a un miembro de su familia.

Hace muchos años, en cierta oportunidad su esposo, un hombre muy noble y de carácter muy pasivo, había comprado un automóvil datsum amarillo en muy buen estado que le sirvió a la familia por mucho tiempo hasta que lo vendió. Ellos viven en una casa como son la mayoría de viviendas de Cajamarca, de material de adobe y sin garaje de estacionamiento, así que como ya habían adquirido un automovil, para guardarlo en la noche, habían acondicionado una de las puertas de ingreso a su domicilio para que se guarde el vehículo familiar y para ello tuvieron que ampliar una puerta, por el poco espacio que tenían, por donde el automóvil ingresaba como mano a un guante o sea que ingresaba calzando exactamente por el espacio justo.

Casi siempre era sólo el esposo quien manejaba el automóvil, sus tres hijos todavía eran muy pequeños y no le podían ayudar, así que fue mi prima quien se decidió a aprender a manejar para usar el automóvil cuando él estuviera trabajando u ocupado. Como aprender a manejar requiere de habilidad y no siempre es fácil, buscó quien le enseñe y con mucha dedicación y empeño y sobre todo mucha responsabilidad y especial tranquilidad para manejar aprendió poco a poco con mucho esfuerzo; pasaron varios meses antes de que pueda coger sola el automóvil hasta que por fin lo logró; casi siempre transitaba lentamente y respetando fielmente las reglas de tránsito por lo que nunca tuvo infracciones. Con el pasar de los meses había dominado todo menos el arte de estacionar el carro al momento de querer detenerse, se le hacía muy difícil hacer los cálculos del espacio entre el carro, las veredas y los demás vehículos, así como introducirlo al garaje de estacionamiento, lo intentó muchas veces pero por el espacio tan pequeño por donde el carro debería ingresar a su casa, nunca lo pudo lograr y como guardar el carro era siempre al finalizar la jornada del día, quien lo introducía al estacionamiento era siempre su esposo.

En cierta oportunidad regresó de una reunión a su casa en su automóvil muy tarde en la noche, su esposo ya estaba descansando, y se le presentó el gran problema de ingresar al automóvil al estacionamiento en el acondicionado garaje; lo pensó bien y después de estacionar el carro frente a su casa, abrió su puerta y rápidamente subió a su dormitorio que quedaba en el segundo piso despertando a su esposo lo convenció para que se levante y guarde el carro.

El, después que se despertó la escuchó atentamente, no de muy buena gana ante el pedido de su esposa, dijo que como ya era muy de noche y no había tráfico, si quiere que guarde el carro, que ella lo vaya acomodando frente a la casa y que cuando lo considere oportuno le avise para que baje y meta el carro al garaje.

Bajó presurosa y subió al volante, miró que no haya ningún carro y muy rápido y con cuidado puso el automóvil frente al garaje, y de inmediato, desde la calle, en el silencio de la noche, le gritó a su esposo:

ESPOSO MIÓ, YA ME CUADRÉ AHORA TU METELO.

Y todas las familias de la calle, salieron por sus ventanas a ver el espectáculo.

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2 de agosto de 2011

DIOS PONE EN NUESTRAS MANOS LAS DECICIONES QUE EL SUELE TOMAR

DIOS PONE EN NUESTRAS MANOS LAS DECICIONES QUE EL SUELE TOMAR

Cuando transcurrían los primeros años de mi vida laboral en el departamento de Apurimac, compartía el trabajo con un buen amigo, muy inteligente, de carácter muy pasivo, pausado en sus intervenciones y de muy buen corazón; en un espacio que nos dio el arduo trabajo que teníamos nos pusimos a conversar sobre las historias que habíamos experimentado en nuestra formación profesional en los hospitales de la capital, y nos relató la siguiente anécdota que refleja como Dios pone en nuestras manos las decisiones que él suele tomar.

En un hospital muy grande de la ciudad de Lima que presta servicio de hospitalización mayormente a varones había un paciente de muy avanzada edad, sufría por los muchos años que llevaba encima una serie de enfermedades y complicaciones que hacían de su vida un verdadero suplicio mas que una vida digna de vivir en una persona mayor.

En ese servicio donde estaba hospitalizado este paciente, realizaba su trabajo una religiosa de mucha fe, muy fiel a sus principios y devota a brindar todo el amor que su profesión le permitía así como toda la dedicación que podía dar a cada paciente por su condición de enfermera.

El mencionado paciente llevaba muchos días hospitalizado con episodios de mejoría y agravamiento de sus enfermedades, los gastos ya habían sobrepasado el presupuesto familiar y todos los miembros de dicha familia estaban muy agotados y cansados de gastar sin tener esperanzas, no había mejoría y se sentían que su esfuerzo era casi inútil y se lamentaban de verlo sufrir diariamente.

Cierta mañana en que la religiosa se dirigía al servicio para atender a los pacientes fue interceptada por un grupo de los familiares del anciano paciente y uno de ellos tomando el liderazgo se dirigió a la religiosa y le manifestó lo que habían acordado previamente:

“Madrecita” dijo inicialmente, “Háganos un gran favor”, la religiosa de buen corazón respondió: “Con mucho gusto hijos míos, de que se trata, en que puedo ayudarlos” el familiar continuó: “Madre, no quisiéramos que se moleste” a lo que la religiosa inocente a ese momento, insistió en que no se preocupen y dijo: Díganme lo que sea que yo veré como los puedo ayudar” a lo que el familiar respondió:

“Queremos que le ponga algo a nuestro paciente para que se muera y ya deje de sufrir”

La religiosa se sorprendió intensamente y la sangre se le revolvió de rabia, pero tratando de contener su cólera, su indignación y su desgano; pero con gran vehemencia dijo a cada uno de los familiares que ella era una religiosa y que no podía hacer lo que le estaban pidiendo, y se alejó raudamente conteniendo su incomodidad por el peculiar y controvertido pedido de los familiares.

Ese día, el equipo médico del piso inició la visita diaria de los pacientes, discutiendo cada uno de los casos, dejando las indicaciones y los respectivos tratamientos a cada uno de los enfermos, los familiares de los pacientes esperaban ansiosos por los resultados de la visita esperando saber que otras cosas mas pedirían para sus enfermos, todos miraban por las ventanas del pabellón atentos a los que hacían los médicos y enfermeras del servicio; mas cuando pasaron visita por el anciano enfermo, este se había agravado y estaba convulsionando, de inmediato el médico ordenó a la jefa de enfermeras que se le ponga un diazepan como anticonvulsivante, y la jefa de enfermeras consiguió la medicina y le ordenó a la religiosa que se lo ponga, quien con mucho empeño y especial dedicación de dirigió al paciente y le colocó la ampolla. Pero sucedió algo imprevisto, mientras la religiosa le colocaba la ampolla y los familiares observaban en la distancia la administración del medicamento, el paciente falleció en brazos de la religiosa.

Los médicos que conocían el pronóstico del paciente no se hicieron mayores problemas, sólo atinaron a pedirle a la propia religiosa que avise a los familiares del deceso de su paciente. Ella caminó lentamente hacia la puerta con cierto nerviosismo por lo sucedido, agitando su hábito cubierto por su blanco mandil, pensando en que palabras usar para dar la mala noticia; y cuando abrió la puerta los familiares no lo dejaron hablar y todos lo abrazaron de felicidad, gritaron casi todos a la vez:

GRACIAS MADRECITA POR ACEPTAR NUESTRO PEDIDO.

10 de julio de 2011

UNA MENTE BRILLANTE

UNA MENTE BRILLANTE

El sábado once de junio del 2011 falleció en Cajamarca uno de los médicos mas brillantes de nuestra ciudad, su caballerosidad y su capacidad profesional hacían de el un ejemplo a seguir; y que ha pesar de los años que llevaba encima, pues desarrollaba la octava década de su vida siguió trabajando en su consultorio hasta cuando la salud le permitió hacerlo como si fueran los primeros días de su vida profesional. No era muy alto pero mantenía un porte esbelto y siempre conservaba una pulcritud envidiable vistiendo siempre un impecable terno que hacía resaltar su desaparecida cabellera pues desde muy joven había perdido totalmente el cabello.

Quienes nos acercamos a la sexta década de la vida y que a pesar del pasar de los años aún persistimos en quedarnos a vivir en esta bella ciudad del Cumbe; cuando éramos niños y nos enfermábamos vivimos la experiencia de ser atendidos por nuestro querido médico, hechos que eran muy frecuente en esa época; y el acudía a nuestros domicilios sin demora a atendernos con su parca sonrisa y su mente brillante y que ahora lo lloramos ya que ya se nos ha adelantado en el viaje que todos tendremos que hacer algún día y ya descansa en paz.

Muchas veces visitó mi casa haciendo la consulta médica de cada uno de mis cinco hermanos, en distinta época y en distinto momento, eran frecuente las famosas “infecciones intestinales” ya que Cajamarca no tenía un buen sistema de saneamiento y los servicios de agua y desagüe dejaban mucho que desear, mas aún si las calles eran de tierra sobre todo en la periferia donde jugábamos en la calle o en el suelo: la polla, las aperis, sello palo mi brujo y otros muchos juegos que ya se han perdido en el tiempo.

De los seis hermanos que cursábamos los años de la educación primaria en una de las pocas escuelas de la ciudad de entonces, a los varones nos tocó estudiar en la escuela de aplicación de la Normal de Cajamarca y a las mujeres en la escuela de Santa Teresita.

En una oportunidad le toco enfermarse al cuarto de los hermanos, tenía mas o menos unos seis años, y presentó, como en la mayoría de las veces que nos enfermábamos, malestar general, fiebre, escalofríos y sudoración, hecho que siempre ponía a mi madre muy preocupada por lo que rápidamente y de acuerdo con mi padre mandaron a llamar a nuestro querido doctor de la familia.

Era aproximadamente las seis de la tarde, cuando se acercó a mi casa al llamado de la familia, le explicaron en caso y en la medida que iba conversando con mi madre exponiéndole los signos y síntomas que había presentado mi hermano en los últimos días, nuestro doctor lo examinaba minuciosamente al paciente en su cama, y mi hermano se dejaba auscultar y palpar complacientemente durante todo el tiempo que demoró el examen pero sin dejar de mirarle fijamente la cabeza carente de cabellos del doctor y que en la tenue luz domiciliaria de la época, brillaba como si le hubiese pasado brillantina a la piel de su redonda superficie superior.

Finalmente termina la consulta y conversa con mis padres sobre el posible diagnóstico y extiende una receta para adquirir los medicamentos que debía recibir por su enfermedad, como en aquellos tiempos al médico se lo consideraba mucho, era muy importante que al final de la atención se lave las manos limpiándose de la enfermedad del paciente y para ello le ofrecieron una palangana de fierro enlozado con agua para que se lave y después de secarse un poco de alcohol para que se desinfecte las manos; ya se estaba despidiendo de todos haciendo bromas sobre la salud del enfermo quien no dejaba de mirarlo; y cuando el doctor se dirigió a mi hermano enfermo para despedirse, nos percatamos que seguía mirando su cabeza, y con la inocencia de un niño de seis años dijo:

DOCTOR COCOBOLO.

24 de marzo de 2011

CUIDADO CUANDO MIRES LA TELEVISION

CUIDADO CUANDO MIRES LA TELEVISION

Eran las once de la noche se terminaba el día y la casa estaba poco a poco quedando en profundo silencio, ya se habían ido todos a sus dormitorios unos a dormir y otros a mirar la televisión mientras les agarra el sueño, mi prima que compartía su vida matrimonial en casa de sus padres ya había hecho dormir a sus hijos y terminando los arreglos de la cocina, apagó las luces y se dirigió a su dormitorio mas cuando se acercaba lentamente a su habitación escuchó que el televisor de su cuarto aún estaba funcionando y pensó que iba a encontrar despierto a su esposo y que lo estaba esperando pues el se había ido a descansar mucho mas temprano.

Entró sigilosamente a la habitación y vio que tanto su esposo como sus hijos ya estaban durmiendo, miró la televisión encendida y sin mayor concentración del programa pudo percatarse que lo que estaban presentando en ese momento era el relato de noticias; mientras se arreglaba para dormir pensó mirar un rato el noticiero que estaban dando en la televisión y así enterarse de las novedades ocurridas ese día poniendo esta vez mayor atención en lo que decían ya que cuando entro a su dormitorio se mostró muy indiferente.

Ya sentada en el filo de la cama miró el televisor y el expositor de noticias dijo en ese momento: “Señores y señoras el mundo esta a punto de desaparecer cuando se estrelle contra la tierra el gigantesco asteroide que ya se encuentra a pocos kilómetros de la tierra y a todo signo de vida en nuestro planeta le quedan muy pocos minutos ya que la hora del impacto será a las doce de la noche del día de hoy y para despedirse de todos ustedes les hablará el Presidente de la Nación”.

Mi prima no siguió mirando al televisor, se le nubló la visión y bruscamente se le escalofrió todo su cuerpo, miró su reloj y vio que eran las once y treinta; “queda solo media hora”, pensó, el pánico se apoderó de ella y entro en desesperación, pensó en sus hijos, su esposo y en sus demás familiares que estaban durmiendo en el segundo piso y le venían ideas muy rápidas ya que le quedaban pocos minutos de vida era un tiempo que debía de utilizarlo de la mejor manera, fuertemente le gritó a su esposo que dormía profundamente cerca de ella y no le hizo caso, no quiso perder mas tiempo y pensando en sus padres del segundo piso, quiso salir gritando a todos sobre el “fin del mundo” pero los músculos de su cuerpo no le respondían, su voz en vez de ser fuerte era como graznidos que le salían de la garganta que no lo podía escuchar ni ella misma, tenía dificultad para respirar y para moverse; persistió en el intento de ir corriendo a darles la mala noticia a los que dormían en el segundo piso pero las escaleras le parecieron muy altas y largas, a sus piernas no los podía mover como ella quería pues no le obedecían así que optó por subir gateando y ayudándose con sus brazos y manos se pudo acercar poco a poco al dormitorio de sus padres en el segundo piso, tocó débilmente como pudo varias veces hasta que salió su mamá, quien al verlo gateando en el suelo le preguntó que le estaba pasando; con la dificultad que le permitió el pánico le balbuceo en el oído “que faltaban pocos minutos para el fin del mundo”, su madre le preguntó que “de donde había sacado esa noticia” y ella le contestó que “del noticiero de la televisión”; incrédula su madre prendió el televisor y vio con asombro que el noticiero continuaba informando al mundo sobre la destrucción de la tierra por el impacto de un meteorito, ambas se abrazaron y lloraron profusamente hasta agotar fuerzas y arrodilladas en el suelo empezaron a rezar implorando a Dios sus oraciones para salvar sus almas.

Ante el bullicio que habían producido madre e hija se despertaron su papá y sus hermanos que compartían dormitorios en el segundo piso y viendo el triste espectáculo de las dos mujeres arrodilladas en el suelo orando juntas abrazadas en el pasadizo de la entrada del dormitorio les preguntaron “que les estaba pasado que estaban en esas circunstancias tan extrañas”; rápidamente ambas hablaron juntas tratando de explicar lo que supuestamente iba a suceder, y por hablar ambas a la vez, de lo poco que se le entendía dejaron entrever que en la televisión estaba dando una noticia espantosa.

Todos fueros presurosos a prender el televisor para ver que era lo que les había causado tanto pánico y prestando mucha atención del programa que pasaban en ese momento se dieron con la sorpresa que emitían el aviso comercial del programa del momento:

“USTEDES ESTAN VIENDO LA PELICULA: METEORO”.

17 de febrero de 2011

CUANDO NUESTRA CONCIENCIA NO ESTA LIMPIA

CUANDO NUESTRA CONCIENCIA NO ESTA LIMPIA.

Era época de carnaval y Cajamarca se llenaba de visitantes, la población festejaba las fiestas agrupadas en los diferentes barrios y jugaban en las calles mojando a todos los que se cruzaban en su camino, todos celebraban las fiestas y la mayoría de familias recibían las visitas de los carnavaleros que en grupos llegaban a las casas de sus conocidos para compartir con ellos la diversión y así tomar y degustar los potajes de comida que especialmente se preparan para estas fechas y por su puesto tomar la chicha y los licores que se tenían a la mano para exaltar los ánimos carnastolendos.

Nuestra familia también participa de esta especial alegría, somos numerosos y está compuesta por un significativo número de trabajadores y profesionales que viven en los diferentes barrios de la ciudad, en mi casa mi madre se dedicó toda su vida a la costura de vestidos femeninos y mi padre es un profesor muy reconocido en la ciudad por su dedicación a revalorar nuestras costumbres y conservar la tradición popular; por este motivo en mi casa se celebra con mucho entusiasmo estas fiestas carnavaleras.

Uno de los integrantes de nuestra familia y que vivió por muchos años con nosotros fue un hermano menor de mi madre que trabajaba en la policía nacional y después de haber sido destacado casi por todo el Perú se asentó en Cajamarca con su familia y es muy conocido por todos nosotros su especial afición a la magia y prestidigitación por eso lo conocemos como “el tío Mago”

Este año de carnaval habíamos recibido la visita de varios familiares de la ciudad de Trujillo y Lima, y entre el numeroso grupo que nos visitó estaba un primo de características muy especiales por su entusiasmo, su especial interés en participar en las fiestas de carnaval y venía todos los años en esta época para divertirse y fraternizar con toda la familia; así mismo es muy colaborador y muy entusiasta en participar en todo tipo de invitaciones, así que nos podemos imaginar que en estas fiestas de carnaval él celebraba todos los días comiendo, bailando y bebiendo a su gusto terminando como es de esperar, después de muchas horas de fiestas, embriagado de alegría y de alcohol.

Una noche, este “primo”, llegó a mi casa muy intoxicado por la celebración carnavalera del día y la familia, especialmente mi madre le pidió y casi lo obligó a que descanse y lo acomodaron en un cuarto que en ese momento nadie lo estaba ocupando ubicado en el segundo piso, allí durmió toda la noche hasta el día siguiente, muy cómodo porque en ese cuarto había total silencio y cuando se cierran las ventanas se oscurece totalmente aún de día.

Amaneció después de pasar la noche y todos se pusieron a trabajar en el nuevo día y casi a media mañana llegó a la casa como visita mi tío policía a quien lo conocíamos como “el mago” impecablemente vestido con su uniforme con kepí y todo y en la alegría de la conversación se le comunicó que en el segundo piso estaba durmiendo nuestro “primo”; “voy a verlo” dijo, y subió las escaleras de madera, cruzó el pasadizo entablado del segundo piso e ingresó al cuarto donde estaba descansando el “primo”.

Mi tío policía encontró al “primo” aun durmiendo y lo llamó varias veces por su nombre para que se despierte hasta que despertó, con los efectos de la borrachera del día anterior se despertó muy asustado porque vió en la penumbra a un policía que lo estaba llamando, no sabía donde estaba; ya era las once de la mañana y la oscuridad del cuarto no permitía ver bien a las personas por la poca luz que ingresaba por las ventanas parcialmente abiertas, y el primo ya despierto aún acostado en la cama mirando hacia arriba veía al policía uniformado parado en su delante, y por su desorientación al no tomar conciencia de donde se encontraba, se levantó bruscamente de la cama y arrodillándose delante del tío policía dijo con voz temblorosa y en tono de ruego y suplica:

JEFECITO, YO NO HE HECHO NADA JEFECITO, NO SE PORQUE ME HAN TRAIDO AL CALABOZO, YO NO HE HECHO NADA JEFECITO LO JURO POR MI MADRE JEFECITO YO NO HE HECHO NADA, SOLO CELEBRABA MI CARNAVAL JEFECITO.

El tío lo dejó suplicar un buen rato y finalmente le dijo: ya cállate borracho de “M” yo soy tu tío el mago y no estas en un calabozo sino en la casa de mi hermana.

31 de enero de 2011

MI PRIMO EL HONRADO

MI PRIMO EL HONRADO

El mundo esta lleno de variados personajes que son especial motivo para escribir historias y aventuras de múltiples matices como es el caso que describiré en adelante, se trata de un familiar que como muchos que hay en este país quieren hacer el menor esfuerzo para llevarse el pan a la boca, como se cuenta del árabe que todos los días muy temprano al salir de su casa se persignaba y se iba a pasar el día; alguien lo observó y le preguntó que ¿porqué se persignaba si el era árabe si el hecho de persignarse era un signo de fé de los cristianos?, a lo que él contestó: “Yo no me persigno, sino le pido a mi Dios Alá que me ayude a usar esto (la cabeza) para llenar esto (el estómago) sin tener que usar este ni este (señalando cada uno de los brazos).

La historia comienza cuando en cierta época este mi primo tenía un carro pequeño modelo tico, que era muy económico pues no gastaba mucho en gasolina y lo usaba para hacer servicio de taxi y con eso se ayudaba él y ayudaba a su familia; como todo chofer tenía muchos amigos los que se los conseguía generalmente en las reuniones sociales que casi siempre forman parte de la vida de quienes hacen el menor esfuerzo para trabajar.

En cierta ocasión conoció a un personaje que rápidamente se hizo su amigo, tenía mucha facilidad de palabra, era de hablar mucho y le gustaba la política y le comentó que estaba ayudando en la campaña de un determinado partido político ya que se acercaban las elecciones regionales y presidenciales; en las largas horas de conversación y con varias botellas de cerveza vacías sobre la mesa se dieron cuenta que ambos simpatizaban por el mismo partido así que el nuevo amigo le pidió a mi primo que con el vehículo con el que trabajaba de taxi lo apoye en la campaña del partido a dedicación exclusiva las veinticuatro horas del día por aproximadamente un año; ¡Huy! que mejor oportunidad, pensó, para tener asegurado un ingreso fijo sin mayor esfuerzo y por un buen tiempo así sin dudarlo o pensarlo dos veces hizo su contrato y se dedico a la campaña.

Viajo casi por todo el departamento, trasladó a varios políticos de quienes se hizo sus amigos y participó en todos las reuniones en que el partido lo solicitaba hasta que llegó el día de las elecciones y por decisión popular su partido ganó las representación regional.

Se realizaron los festejos, las celebraciones y las felicitaciones por el triunfo hasta que llegó al día mas serio de las celebraciones, los agradecimientos y las compensaciones políticas para los que habían apoyado en la campaña; casi todos sus amigos recibieron algún cargo que les permita vivir durante la gestión del ganador hasta que le tocó el turno a mi primo, así que su amigo que lo convenció para que apoye a la campaña dijo:

“El dueño del tico es también un compañero de partido y nos ayudó mucho durante este año de ardua campaña electoral, así que se merece que por lo menos le daremos un trabajo fijo durante estos cuatro años de gobierno.”

A lo que mi primo contestó:

UN MOMENTO, MI PARTICIPACIÓN EN LA CAMPAÑA A SIDO TOTALMENTE DESINTERESADA, ASÍ QUE NO QUIERO EL TRABAJO”

Ahora mi primo ya no tiene su tico, y en la familia lo conocemos como el primo honrado, porque cuando encuentra un trabajo lo devuelve.

21 de enero de 2011

LA CORRUPCION NO SIEMPRE GANA

LA CORRUPCION NO SIEMPRE GANA

Me animé a contar esta historia porque en este país donde casi todos los sucesos socio políticos están contaminados con actos de corrupción, me significó un triunfo saber que gente corrupta cae en sus propias fechorías casi siempre por exceso de confianza pues la mayoría de corruptos saben que en este país casi siempre “no pasa nada”.

Mi amigo y colega junto a mi persona dirigíamos el Hospital Regional, el como Director y yo como su adjunto, logramos estos cargos con la ayuda del Gobierno Regional y de la mayoría de los trabajadores hospitalarios y gracias a que la Dirección Regional de Salud sancionara al anterior director con dos meses de suspensión en el ejercicio de su cargo sin goce de haber por haber realizado pagos ilegales a varios jefes con el fin recibir y mantenerse en el cargo con el apoyo de un buen sector de quienes ejercían estos cargos administrativos y asistenciales en el hospital.

Sin embargo la maldad no duerme, los trabajadores que apoyaban los intereses del ex director sancionado mantenía persistentemente gestiones con funcionarios del Gobierno Regional de quienes por amistad recibían todo el apoyo para introducir las calumnias y desinformación y magnificar negativamente hechos de nuestra gestión y con estos hechos lograron que el Presidente cambie su opinión sobre el trabajo que estábamos realizando y que ya habíamos avanzado significativamente mejorando la calidad de atención del Hospital Regional.

Se acercaba la finalización de los dos meses de sanción y se corrían muchos rumores sobre el regreso del ex director, había mucho nerviosismo por lo que podía pasar, sin embargo nosotros teníamos el apoyo profesional muy bien orientado de nuestro asesor legal quien nos pidió calma y tranquilidad y nos recomendó esperar a que se desarrollaran los hechos para ver que sucedía; hasta que una mañana se acercó a la Dirección un grupo de aproximadamente treinta personas encabezadas por el famoso director sancionado, un médico de su confianza que no se despegaba de su lado y un fiscal de la nación quien pidió entrar a la Dirección para hablar con el encargado actual del Hospital haciendo “pesar” su cargo de Fiscal y con unos documentos en la mano, cortésmente se lo hizo pasar y después del saludo protocolar se le preguntó la razón de su visita y dirigiéndose a mi amigo Director en funciones le dijo:

“Como fiscal vengo hacer cumplir la ley para que nuevamente se haga cargo de la Dirección el Doctor que me acompaña, así que le pido que haga entrega de su cargo al mencionado profesional”; e insistió en varias oportunidades lo que solicitaba con el mismo argumento.

En ese momento intervino de manera muy inteligente nuestro asesor legal quien le increpó al fiscal su actitud, ya que había de por medio resoluciones del Gobierno Regional encargando funciones y que eran ellos los únicos que decidían quien podía estar a cargo de la dirección del Hospital, el fiscal bruscamente se “desinfló” como se dice popularmente, bajo su actitud prepotente con la que había ingresado a la Dirección y con voz mas suave y condescendiente dijo:

“Entonces haremos un acta de nuestra presencia y de las acciones que estoy realizando” y así fue, se redactó una acta a manuscrito, se leyó delante de los presentes que éramos una ocho personas y con la venia del asesor legal se finalizó el acto y el fiscal junto con el ex director sancionado y sus incondicionales apoyos se retiraron como se dice “con el rabo entre las piernas” en medio de gritos de repudio de parte de la mayoría de trabajadores que en ese momento estaban en los alrededores de la Dirección y que nos acompañaban. Nos quedamos muy contentos con el resultado pero nos preocupaba la opinión y decisión final de las autoridades del Gobierno Regional y como era de esperar la maldad logró su objetivo y a los pocos días le dieron la encargatura del Hospital Regional a un médico que trabajaba en una provincia cercana.

Nosotros nos preguntamos como había hecho este cuestionado ex director, sancionado para tener el apoyo de un fiscal que se prestó para esta farsa con el fin de recuperar la Dirección del Hospital Regional.

La respuesta la tuvimos varios meses después cuando la policía metió preso a la cárcel de la ciudad a este famoso fiscal por encontrarlo in fraganti cobrando una coima a unos litigantes.

17 de enero de 2011

A LA SOMBRA DE SENDERO

A LA SOMBRA DE SENDERO

Trabajaba en el Centro Médico Santa Teresa, una ONG del obispado de Abancay que se había formado para atender a los pacientes de lepra que había en el departamento de Apurimac, hacíamos atenciones médicas tanto en el local de la ciudad como haciendo campañas de atención médica gratuita en las distintas comunidades rurales especialmente en las zonas donde residían la mayoría de los pacientes. Era una época en que el país estaba convulsionado por la presencia del grupo terrorista Sendero Luminoso que había nacido en las entrañas del Perú olvidado y me refiero a las comunidades rurales de ayacucho, Apurimac y Huancavelica de donde se extendió a muchas otras zonas de nuestro territorio.

En cierta oportunidad habíamos programado una salida para realizar atención médica en un asentamiento rural ubicado en los ambientes de una ex hacienda llamada Ocobamba a unas tres horas de la ciudad de Abancay; me acompañaba en el viaje al que yo iba como médico una técnica de enfermería y un encargado de cuidar y atender a los tres caballos que nos proporcionó la comunidad y que además nos asignaron a un campesino del lugar para que nos ayude en la campaña ya que finalizando la atención en Ocobamba seguiríamos hacia otras comunidades.

La costumbre era salir siempre muy temprano en la mañana para que la travesía sea cómoda y podamos llegar a mediodía, y siempre que hacíamos estas salidas había alguien que nos esperaba con almuerzo; y el equipo de trabajo se dedicaba por la tarde a arreglar las cosas para la atención médica del día siguiente, la técnica de enfermería además de ayudar en la traducción del idioma quechua que yo no lo sabía hablar, se encargaba de proporcionar a los enfermos las medicinas que se llevaba para distribuirlos según sus dolencias en calidad de donación a los enfermos y así aliviar sus sufrimientos.

Recuerdo que llegamos a la comunidad mas o menos a mediodía, había mucha gente que se extrañaban por nuestra presencia y curioseaban acercándose hacia nosotros y uno que otro preguntaba cual era el motivo de nuestra visita y nosotros les explicábamos las razones de nuestro viaje y al mismo tiempo los invitábamos a que asistan al día siguiente a recibir atención médica por cualquier dolencia y que también avisen a sus familiares; a esa hora ya los niños de la escuela estaban por terminar sus clases de la mañana por lo que dejamos las cosas en un ambiente que nos habían asignado y nos invitaron a almorzar siempre rodeados de niños curiosos por lo que hacíamos.

Por la tarde la técnica se puso acomodar las cosas para la atención, el encargado de los animales los llevó a su corral y les dio de comer en un lugar cercano y cómodo para que descansen, y yo estaba caminando por el espacio abierto que tenía la hacienda que semejaba una plaza pública donde jugaban fútbol, con interés de ganarme la voluntad de los pobladores me acerque donde estaban los niños y los invité a compartir el juego con todos incluyéndome por igual formando dos equipos y jugamos durante toda la tarde; como es de suponer mientras estábamos jugando grupos de gente adulta miraban el juego y ya casi entrando la noche al finalizar el partido me acerque a una pequeña tienda que vendía algunas cosas y comprando unas gaseosas distribuimos un poco a cada una en un vaso que compartimos todos sin excepción para que sacien su sed después del juego, luego nos despedimos y cada niño se dirigió a su respectiva casa.

Al día siguiente se realizó la campaña médica, se atendió a toda la población, todos recibieron su respectiva medicina según su dolencia y salían muy agradecidos con nosotros; finalizando la campaña en aquel lugar arreglamos las cosas y muy temprano en la mañana el encargado de los caballos los alistó, subimos en cada uno de ellos; yo en un caballo, la técnica en otro, los medicamentos en otro y el guía que iba caminando como arrear los animales iba conversando con nosotros, y avanzando unos kilómetros me dijo:

Doctor, nos hemos salvado de una buena.

¿Y cómo es eso le pregunté?

Y me respondió: ¿Recuerda el primer día que llegamos a la hacienda, usted se puso a jugar con los niños toda la tarde e incluso les invitó su gaseosa a todos al final del juego?

Le respondí: Si.

Luego me dijo: La gente de Sendero Luminoso estaba en la hacienda y estaban viendo que actitud tomaba con los niños y como se puso a jugar con ellos sin ningún gesto de marginación o discriminación, eso les gustó y nos han dejado seguir con nuestro trabajo. Y eso nos salvó la vida, sino ustedes y yo ya estuviéramos muertos.

7 de enero de 2011

EN MEMORIA A MIS MASCOTAS

EN MEMORIA A MIS MASCOTAS

Hace varios años compramos una casa en Lima donde toda la familia disfrutó cómodamente algunos años de nuestra vida, esta nuestra morada era amplia para los cuatro miembros que conforma la familia y por su amplitud compartíamos parte de la vivienda con mi hermano menor, el terreno donde estaba la casa permitió que se delimite dos espacios para jardines, uno en la parte delantera y uno en la parte posterior en donde se sembró algunas plantas ornamentales así como se crió alguna vez algunos animales domésticos.

Mi hermano que vivía con nosotros es el último de los hombres y en esa época trabajaba en un banco ejerciendo su profesión de ingeniero electrónico, y tanto él como yo éramos miopes por lo que teníamos que usar lentes pero en el caso de él su miopía es muy alta y sus lentes son muy gruesos que parecen “fondo de botella” por lo que los familiares y sobre todo sus amigos y compañeros de trabajo le habían puesto el sobrenombre o “chapa” de “ciego”.

La preocupación por los continuos robos que había en la viviendas y que se escuchaban en la radio y se veían en los noticieros de la televisión nos hizo pensar en la necesidad de tener como mascotas a un perro de cierta raza que asustara a los ladrones en caso de algún intento de robo, buscamos el can por un buen tiempo y llegamos a conseguir un cachorro de la raza doberman de apenas pocos meses de edad, por ello era juguetón y muy inquieto por lo que tenía que tenerlo mas tiempo encerrado en el jardín posterior de la casa para que no rompa las cosas al hacer sus travesuras.

Mi hermano se había encariñado con el animal y cuando llegaba de su trabajo dedicaba parte de su tiempo en jugar con él haciéndolo correr por toda la casa, así fue pasando semana tras semanas y siempre que llegaba a la casa al entrar el crepúsculo de la tarde se ponía a jugar con el animal y ambos se divertían mucho.

En cierta oportunidad llegó más temprano a la casa, y nos informó que venía a prepararse para asistir a una reunión con sus compañeros de trabajo en un restaurante del centro de la ciudad pues iban a celebrar el onomástico de uno de sus jefes, como llegó temprano tenía el tiempo necesario para cambiarse de ropa y arreglarse para ir a la reunión; pero como era su costumbre y calculando que aún tenía tiempo fue a ver al perro y lo encontró decaído y poco activo, pero cuando se acercó a él empezó a mover la cola y se puso a saltar como diciéndole que lo saque de aquel lugar, se conmovió y cogiéndolo de su collar y colocándole su cadena decidió sacarlo de la casa a pasear de donde nunca lo había sacado antes, pero como lo había encontrado encerrado e inactivo se enojó conmigo diciendo que lo tenemos al perro muy estresado por mantenerlo mucho tiempo encerrado, y así fue que saliendo de la casa lo desprendió de la cadena y lo soltó para que juegue un rato en la calle.

Yo estaba dentro de la casa y a los pocos minutos escucho insistentemente fuertes silbidos con el tono que identifica a la familia, salgo rápidamente y mirando a todos lados puedo ver a unos cuarenta metros a mi hermano que cogía al perro en el piso de la vereda, corro a ver que había sucedido y al llegar me dice muy preocupado: “Este perro loco se puso a correr por todos lados, se metió a la pista y lo acaba de atropellar un carro, y trae algo para que muera rápido y no sufra” lo veo y constato que estaba politraumatizado y agonizando, regreso a mi casa, cojo una jeringa hipodérmica de diez centímetros cúbicos y regreso, y cargando la jeringa con un bolo de aire se lo inyecté directamente al corazón e hice que el pobre perro terminara inmediatamente su sufrimiento.

Cargando el animal muerto ambos regresamos a la casa y como era obvio, mi hermano procedió al entierro del animal en un espacio del jardín. Con la tristeza que nos producía el suceso y por el tiempo que le dedicamos en desaparecer al animal habían pasado rápidamente muchos minutos y mi hermano ya no se pudo ir a su reunión.

Al día siguiente llega a su centro de trabajo y todos sus compañeros estaban extrañados por su ausencia de la noche anterior, así que el más cercano a él le pregunta de la manera en que siempre se trataban como amigos:

Oye Ciego, que pasó ayer que te estuvimos esperando y no fuiste a la fiesta

Y el les respondió:

¡ES QUE SE ME MURIO MI PERRO!

6 de enero de 2011

HAS ALGO PRIMO

HAS ALGO PRIMO

Era un sábado cualquiera y me encontraba en mi casa a donde la mayoría de familiares solían acudir ya sea por visita o por solicitar ayuda por algún problema de salud que podían presentar, mi profesión de médico me permitía ayudar en cualquier momento a quien tenga alguna emergencia que resolver; era época de verano y el calor estaba en su máxima expresión y el clima nos obligaba consumir grandes cantidades de líquidos para no deshidratarse.

Suena repentinamente el timbre de la casa y salgo abrir la puerta para ver quien es, y al hacerlo, un primo mío, ingresó raudamente a la casa abriéndose paso y pidiéndome desesperadamente que le preste el baño sin ni siquiera darnos el tiempo necesario para el saludo correspondiente; mientras el ingresa al baño y hacía funcionar su aparato digestivo yo cierro la puerta y me voy a sentar en el sillón de la sala a esperarlo que termine y me relata que es lo que le pasa. A los pocos minutos sale del baño y después de un saludo muy rápido me cuenta brevemente que presenta episodios de diarreas muy frecuente desde muy temprano en la mañana que se inició después de salir de una fiesta a la que había asistido la noche anterior ya que en su trabajo como administrador de empresas los compromisos sociales eran casi todos los fines de semana y había que cumplirlos; quiso seguir explicándome su problema y nuevamente fue corriendo al baño porque el cuerpo le pedía nuevas evacuaciones líquidas, sale y quejándose del malestar que siente sobre todo la gran debilidad de su cuerpo y el gran decaimiento, continúa con su relato informando que presenta además dolor abdominal, ruidos en su barriga, mucha sed y sobre todo diarreas frecuentes, y como todos suponemos él esperaba que le ayude; y nuevamente antes que termine su relato fue rápidamente al baño por nuevas evacuaciones diarreicas.

Como es de suponer antes de tomar una decisión para solucionar su problema yo le hacía preguntas relacionadas con los signos o síntomas que presentaba asociados al episodio diarreico para tener un diagnóstico mas certero y yo, ya tenía tipificado el cuadro clínico y estaba a punto de levantarme para ir a traer la medicina correspondiente y los líquidos para la rehidratación de mi primo, y siempre que estaba por continuar su relato respondiendo a mis preguntas, tenía que correr al baño para evacuar una nueva deposición diarreica.

Tanto era su desesperación y su malestar de ir y regresar del baño por causa de las frecuentes diarreas, que me miraba con desesperación ante mi tranquilidad pues yo no me movía del sillón donde me había sentado pues esperaba que termine de relatar sus molestias para tener el diagnóstico correcto y darle el tratamiento mas adecuado. Cuando repentinamente me dice:

¡HAS ALGO PRIMO, QUE ME SIENTO MAL; MÉTEME EL DEDO AUNQUE SEA, PERO HAS ALGO!